39. Celebración

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Después del partido, nos fuimos los de Marca de tapas para cerrar esta maravillosa Copa del Rey, y como todos sabemos, a una tapa le sigue otra y a las cervecitas le siguen cubatas.

Carlos y yo volvimos al hotel pasadas las dos de la madrugada. Me di una ducha, me puse el pijama y me metí en la cama a revisar mi móvil. Estaba completamente despejada, quizás por las emociones vividas o por la cafeína de la CocaColas que he combinado con Ballantine's.

No sé nada de Luka, pero tampoco me preocupo. Estará pasándolo de puta madre con el equipo y me alegro mucho por él, se lo merece.

Nada más desbloquear mi móvil me encuentro una lluvia de whatsapps de mi madre, mi hermana, mis amigas de toda la vida y del chat que tengo con Marta, Vero y Rocío. Todos van sobre lo mismo: mi beso con Dončić, que al parecer lo ha visto todo el mundo. Decido no abrir ningún mensaje hasta mañana. Demasiada información que asimilar, así que ya decidiré cómo afrontarla en otro momento.

Tras un rato los párpados empiezan a pesarme y apago la lamparita de mi mesa de noche. Duermo plácidamente hasta que unos golpes en mi puerta me despiertan. Miro el reloj, son cerca de las cinco de la mañana. ¿Quién cojones será?

Salgo de la cama y me dirijo a la puerta. Miro a través de la mirilla y me encuentro nada más ni nada menos que a Alex Suárez acompañado de mi novio.

-Hola, Cris. Siento despertarte pero...-se le ve bastante apurado-. Luka se ha pasado con las copas y va fino filipino. Dice que quería estar contigo y no había manera de convencerlo de lo contrario.

Me vuelvo hacia el rubio, que está mirando hacia el suelo. Tiene la cara roja como un tomate y parece estar más perdido que un pulpo en un garaje.

-Tampoco es para tanto...solo unas copillas-se defiende con voz ronca, hablando a cámara lenta, y no me queda otra que reírme. Alex se contagia de mis carcajadas y el cuadro es de lo más cómico.

-¿Dónde está la risa?-pregunta el esloveno indignado.

-Nada, pasa anda-le abro la puerta.

-Cómo se nota que en el fondo es un niño chico-me dice su amigo.

-No te preocupes, es normal. Sabré cuidarlo bien-le guiño un ojo al pívot-. Gracias por traerlo, Alex.

-Qué menos, guapa. Buenas noches y que te sea leve- me da un beso en la mejilla y se aleja por el pasillo de la cuarta planta.

Entro en la habitación de nuevo y cierro la puerta, encontrándome a Luka sentado al borde de mi cama, con la cara enterrada entre las manos. Me siento a su lado y le aprieto la rodilla.

-¿Whisky?-le pregunto.

-Vodka.

-Madre mía, ¿a quién se le ocurre?

-Al loco de Jeff.

Le aparto el flequillo de la frente y aprovecho para olerle. Apesta a alcohol y decido acabar con eso de inmediato.

-Ya que has tenido que venir aquí por cojones-le digo poniéndome en pie-vas a hacer lo que yo diga. Venga, lávate los dientes que te huele el aliento a perros muertos.

-Venga ya, me quiero morir-se queja dejándose caer hacia atrás como un zombi.

-Te jodes, por alcohólico-me hago la enfadada pero en realidad me estoy riendo mucho por dentro.

Sueño cumplido (Luka Dončić)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora