24. Enamorándome

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Narra Luka

Suena un despertador que no reconozco. Me giro y veo cómo Cris se zafa de mis brazos y sale de la cama. Se tropieza con todo lo posible y no para de maldecir y resoplar. Yo me río en silencio para que no se dé cuenta de que estoy despierto.

Me percato de que lleva mi camiseta y eso me hace muy feliz. Recuerdo todo lo que pasó anoche, tantas cosas que aún no he tenido tiempo de asimilarlas: nos hemos visto desnudos y también sin ropa, hemos hecho el amor por primera vez y hemos intercambiado nuestro primer "te quiero". Definitivamente esta chica me está volviendo todo un romántico.

Se quita la camiseta dejando a la vista ese conjunto negro de encaje que me trae de cabeza.

-No te vayas-le ruego desde la cama.

-Tengo que trabajar, Luka-dice ella volviéndose hacia mí con carita de pena.

Me levanto y la abrazo por la cintura desnuda. Me pego a su culo y ella se aparta muerta de la risa al notar mi erección mañanera.

-¡Lukaaaa!-me riñe.

-¿Qué quieres que haga? Soy un tío, me acabo de levantar y tú estás buenísima-me justifico mientras observo sus curvas tan sexys.

Ella niega con la cabeza fingiendo desesperación. La miro mientras desliza sus vaqueros por sus preciosas piernas y no paro de suplicarle. Vuelvo a abrazarla, esta vez también la beso.

-Venga, no me lo pongas más difícil. ¿Es que crees que no quiero quedarme en tu cama todo el día?

-Puedes.

-No, no puedo. El deber me llama.

Le pongo pucheritos como si fuera un niño pequeño y ella termina de vestirse. Está a punto de salir al pasillo cuando le digo:

-Bueno, pues si no te quedas por voluntad propia tendré que raptarte.

Un solo cruce de miradas y ya adivina mis intenciones. Sale corriendo de mi habitación y yo detrás de ella. La acorralo contra la pared del pasillo, con una mano a cada lado de su cabeza. La pillo desprevenida cuando la cojo a pulso; ella rodea mi cintura con sus piernas. Empiezo a hacerle cosquillas.

-¡Eso no vale!-se queja mientras ríe a carcajadas. Es tan bonita.

Le callo con un beso que se vuelve demasiado intenso. Me pego todo lo que puedo a su cuerpo y reparto pequeños mordiscos por su cuello. En ese momento aparece Dino por el pasillo. ¿No se supone que estaba en casa de Lucía?

-Vaya, ya veo cuánto dura la amistad-dice en tono jocoso.

Cris y yo nos separamos y la dejo en el suelo, ambos muertos de la vergüenza.

-Bueno, yo ya me iba-dice dándome un beso cortito. Aprovecha a Dino para escapar, verá cuando la pille de nuevo.

-Adiós, Dino-le da un beso en la mejilla.

-Adiós florecilla-le contesta él con cara insinuante.

En cuanto se escucha la puerta principal cerrarse le echo la bronca a mi amigo:

-Tío, nos has cortado el rollo total-le inquiero.

-Eh, no te quejes que gracias a que Luci y yo nos fuimos os habéis quedado solos toda la noche-me contesta.

-Es verdad-admito.

-¿Te la habrás tirado, no?

-Tío no hables así. No ha sido follar sin más, ella es especial.

Se queda mirándome con cara de póquer.

-Luka, ¿qué coño te pasa? No pareces tú. ¿Desde cuándo follar tiene tanto significado para ti?

-Me está cambiando y estoy completamente loco por ella-confieso suspirando.

-¡Ohhh, Lukita se está enamorando!

La idea me asusta, tengo miedo de volver a pasar por lo mismo que pasé con mi ex. Se me partiría el corazón si le hiciera daño o si nuestra relación perdiese la magia de la noche a la mañana.

-Eso es una buena noticia, ya me lo dirás-nota mi preocupación y me da una palmada en la espalda-. Además, Cris me encanta para ti; sois muy parecidos.

Me alegra que Dino tenga tan buen concepto de mi chica, al fin y al cabo es mi mejor amigo.

Paso todo el día sin saber nada de ella. Me dijo que tenía mil cosas que hacer y decido no molestarla. Me limito a tumbarme en mi cama y escuchar música. Mis sábanas huelen a su perfume y eso me lleva a recrear mentalmente la escena de ayer.

Me acuerdo de sus mordiscos en mi cuello y de la sensación de estar dentro de ella, algo equiparable al paraíso. No podía dejar de mirarla mientras entraba y salía de su cuerpo, sus ojos lo decían todo. También recuerdo sus gemidos de placer y su sabor, su piel suave y su pelo. No puedo explicar lo que sentí cuando escuché ese "te quiero" saliendo de sus labios, pero sé que me enamoré un poco más de ella.

Después de mucho pensar voy al salón con Dino y me engancho a la peli que está viendo, una de esas malas en las que se sabe quién es el asesino desde el minuto uno. Cuando acaba él se va a hacer la maleta y yo busco algo que cenar. Reviso mis redes sociales y me encuentro un snapchat suyo: "Te echo de menos" poniendo puchero. Me alivia saber que ella también me extraña y daría lo que fuera por tenerla aquí conmigo.

Es ya medianoche cuando se me ocurre una locura. Bajo al garaje, me monto en mi coche y voy rumbo a su residencia. ¿Qué estoy haciendo? No lo sé, pero tengo tantas ganas de verla que no lo pienso demasiado.

Sueño cumplido (Luka Dončić)Where stories live. Discover now