44. San Valentín

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Pasamos el día de Reyes dando vueltas en el todoterreno de mi padre. Ya habíamos tenido mucha fiesta ayer y solo queríamos relajarnos. Por fin hice uso del carnet de conducir que tanto me costó sacarme. Llevé a Luka por los sitios más bonitos de la ciudad y vimos el anochecer en un acantilado, completamente solos, sin parar de besarnos.

El 7 de enero llegó la hora de despedirse de mi familia después de tres semanas juntos. Me dio mucha pena, pero por otro lado tenía ganas de volver a Madrid y ver de nuevo a mi otra familia.

Tuve que ponerme al día muy pronto, porque empezaban los parciales de la universidad y no había estudiado nada de nada. También se me avecinaban muchas cosas en Marca, ya me lo avisó Manu, y yo no podía estar más ilusionada de seguir progresando.

Cabe mencionar el vídeo que subió Luka a instagram para felicitarme por mi cumpleaños: los dos en su coche, yo conduciendo, con la música a tope y cantando "Si ella quisiera" de Justin Quiles, una de las muchas canciones que hemos adoptado como nuestras. La verdad es que la escena era muy divertida y cotidiana, de esas que les gusta ver a los fans para conocer mejor a sus ídolos. Junto a la publicación, un breve texto: "Por ser la locura de mi día a día pero también la persona que mejor me calma. Feliz cumpleaños pesadilla diaria" #cantarina #conductora #ladronadecoches #teodio".

-¿Así que ya soy tu novia oficialmente?-le pregunté en el avión a Madrid cuando hablábamos sobre los muchos "me gusta" y comentarios que había recibido el vídeo.

-Lo eres desde que te comí la boca delante de todo el mundo en la final de la Copa-me recuerda.

Mis seguidores aumentaron estrepitosamente, entre ellos compañeros de Luka, cuentas de fans y algún que otro famosillo. Además, varios periódicos online, entre ellos Marca, sacaron el titular de "La felicitación de Luka Dončić a su chica". Imaginad con qué cara voy yo a la redacción ahora que soy "conocidilla".

No faltaron los comentarios en la publicación de parte de Lull: "hay que ver la juventud de hoy en día", Rudy: "felicidades pequeña Dončić", Dino: "¿no seréis pesados con esa canción, verdad?", o Alex Suárez: "ídolos".

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El invierno en Madrid es frío y un poco triste, pero nada que no se pueda combatir con las noches de sobremesa frente a la chimenea en el piso de mis dos guiris, ni con las tardes tirada en los sofás de la residencia con mi pandilla, ni con las noches durmiendo abrazada a mi rubio preferido.

Los exámenes de febrero me fueron bastante bien y los días pasaron volando entre apuntes, crónicas, entrevistas, libros de texto y fechas marcadas en el calendario. De hecho, el tiempo pasó tan rápido que no fue hasta viernes 13 por la noche que me acordé del día de los enamorados.

Luka jugaba en Málaga frente al Unicaja, así que sería un San Valentín más bien solitario. Nunca le he dado demasiada importancia a estas tonterías, quizá porque nunca nadie me ha mimado lo suficiente como para hacerme ilusionarme por los pequeños detalles, o porque las veces que me he ilusionado por amor solo me han traído lágrimas y decepción.

Pasé la mañana escribiendo y a mediodía salí a comer con Marta, Rocío y Vero al centro. No hablé con Luka en todo el día; no quería ser una carga para él y necesitaba estar concentrado para el partido.

Después de comer, volvemos a la residencia y quedamos en dormir un poco la siesta, ya que esta noche seguramente salgamos por ahí. Llego a mi habitación sin pensar en otra cosa que no sea tirarme a la cama en plancha, pero me encuentro algo que desvía toda mi atención.

Hay un oso de peluche gigante de color blanco, de esos que dudo que haya podido entrar por la puerta, en el centro de mi cama. Sé perfectamente de quién es y corro hacia el peluche. Lo abrazo. Es tan suave y huele tan bien...Mi sueño de adolescente hecho realidad.

Al lado del osito, al que no sé dónde voy a poner en mi pequeña habitación, hay una caja de bombones Nestlé. Sabe que son mis favoritos, al igual que sabía que me encantan los peluches. Junto a los bombones, una carta: "Espero que el oso cubra el hueco de tu cama que debería estar ocupando yo, pero que sepas que en cuanto vuelva lo lanzo de ahí. Y cómete los bombones antes de que llegue, porque si no vamos a tener un serio problema. Te adoro, niña de mis ojos"-escribe con su humor característo. La niña de sus ojos. Muero de amor cada vez que me llama así. "Posdata: dale las gracias a Marta".

Soy tan feliz que ni siquiera lo pienso; lo llamo. Seguramente estará entrenando o reunido con el equipo, pero es que necesito hablar con él.

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Narra Luka

Estoy entrenando el tiro cuando Taylor me avisa de que me está sonando el móvil.

-Alerta novia-me grita mientras me acerco al banquillo a por mi teléfono.

Descuelgo y me encuentro a una Cris muy ilusionada.

-Te quiero, te quiero, te quiero-me dice.

-Y yo, nena. Feliz San Valentín-sonrío como un subnormal y Alex y Jeff me miran, burlándose de mí.

-Te has pasado, Luka. Ahora me siento fatal porque yo a ti no te he hecho nada, pero es que no sabía que San Valentín...

-Cris, escúchame-la interrumpo-. No necesito nada, si he tenido ese detalle contigo es porque he querido y punto. Lo importante es que te guste-digo alejándome un poco de mis compañeros, que están dando por culo para variar.

-Mil gracias, en serio. Tengo muchísimas ganas de verte.

-Joder, y yo, nena. Mañana llego.

-¿Y voy a pasar la noche de San Valentín solita?-me provoca.

-No me lo recuerdes, que cojo un avión y me planto en Madrid en media hora.

La necesito más de lo que me gustaría admitir y, aunque quiera tenerla conmigo, sé que el baloncesto es lo único en este mundo que puede despejarme de ella por un rato.

-¡Qué bonito el amor!-canturrea Alex cuando cuelgo, acercándose a mí.

-Gilipollas-le respondo riéndome y huyendo con el balón.

Sí, definitivamente solo la pelota naranja y el aro pueden sacar de mi mente a Cris.

Sueño cumplido (Luka Dončić)Where stories live. Discover now