30. Separados

1.1K 37 0
                                    

Veo a Cris caminar hacia la residencia y ya la echo de menos. ¿Qué cojones me está pasando? Me estoy volviendo demasiado romanticón y eso no me gusta un pelo.

Cuando lo dejé con Ana María me prometí que nunca volvería a hacerme ilusiones con una chica, pero Cris me está haciendo incumplir mi promesa. La quiero y eso me asusta un poco, ella no es la única que tiene dudas.

Nuestra relación no va a ser fácil debido a mi profesión y ella cada vez estará más ocupada según ascienda en la suya; espero que seamos capaces de soportar la distancia, la tensión, los agobios y las preocupaciones y dejar todo eso a un lado cuando estemos juntos.

Subo el volumen de la radio, suena "Starboy" de The Weeknd y tamborileo con los dedos sobre el volante. Pongo rumbo a Valdebebas, a nuestro último entrenamiento antes del viaje.

Cuando llego al pabellón me encuentro con la emboscada que me han tendido mis compañeros.

-Eh, aquí viene el niño-exclama Felipe, a lo que los pocos que han llegado le corean-. Con que la periodista era solo una amiga, ¿eh?

No tengo muchas ganas de dar explicaciones ni de recordar a la chica que me vuelve loco, pero no puedo evitar sonreír de oreja a oreja.

-Hijos de puta-digo mirando hacia Sergio y Rudy, que sé que han sido los chivatos.

-Tienes que estar contento, mamón. Esa niña es una monería y súper simpática-apunta Rudy dándome un codazo.

-¿Qué me vais a decir que no sepa?-pregunto yo.

-Ahora en serio, la chica me gusta para ti, hacéis buena pareja-asegura Llull.

Me alegra que tengan un buen concepto de ella, al fin y al cabo son mis compañeros y mis amigos.

Intento concentrarme todo lo que puedo y mentalizarme para el partido en Turquía contra el Darussafaka Dogus que jugaremos el miércoles. Empiezo a tirar triples y eso me despeja bastante, cosa que agradezco: no puedo permitirme demasiadas distracciones y Cris estaba empezando a apoderarse de todos mis pensamientos.

Siempre he sido un chico serio en lo que respecta al baloncesto. La gente piensa que por ser el más joven tengo la cabeza en las nubes, pero mis compañeros se sorprendieron mucho cuando empecé a entrenar con el primer equipo. Cuando piso el parqué me transformo: me aíslo del mundo, doy el máximo de mí, y lo que es más importante, soy muy feliz. Este deporte es mi vida y el Real Madrid hace que lo viva con muchísima pasión.

-------

Lunes, 8 de la mañana

Estamos en el aeropuerto de Barajas a punto de coger el vuelo a Estambul. He recibido un whatsapp de Cris que, sin duda, me ha cambiado el día:

"Buenos días, Lukita. Muchísima suerte en Turquía e intenta no pensar mucho en mí, que tienes que jugar bien 😉. Yo estaré en Madrid viéndote por la tele y recordando que ese base buenorro, rubio de ojos azules, es MI novio 💁🏼. Te quiero muchísimo y ya te echo de menos ❣️👏🏻"

Así es Cris: tan atenta, ocurrente, divertida, cariñosa y con un punto de chulería que me mata. En el avión, mientras escucho música, suena aquella canción que cantamos juntos el primer día que salimos: "I hate you, I love you". La mente se me inunda de recuerdos y de ella, y tengo una necesidad enorme de estrujarla contra mi pecho y no soltarla nunca. Voy a echarla de menos, pero eso hará que la coja con más ganas cuando la vuelva a ver.

--------

Narra Cris

Lunes

La mañana en la redacción se me hace sencillamente insoportable. Estoy reventada del fin de semana y un poquito nostálgica. Además, tengo que ayudar a Carlos con la ortografía y la gramática de su editorial, por lo que no tengo oportunidad para dar rienda suelta a mi imaginación redactora y despejarme un poco.

Mientras trabajo con Carlos, aprovecho para ponerle al día sobre el giro de trescientos sesenta grados que ha dado mi vida. Pronto estamos hablando de todo menos lo relacionado con el periodismo.

-Madre mía, parece mentira que hace unas semanas hablásemos de Luka como tu amor platónico-dice mi amigo.

-Ya ves, a veces me creo que es una broma de mal gusto o que me estoy volviendo esquizofrénica-ambos nos reímos ante mi ocurrencia.

-Pues créetelo, estás saliendo con el tío de tus sueños y por lo que me cuentas, las cosas no pueden ir mejor.

-Lo sé, estoy muy enamorada, Carlos. Enamorada hasta las trancas.

El tono de mi voz no se corresponde con la frase, ya que se me hace un nudo en la garganta y hundo mi cara en mis manos entrelazadas.

-Cualquiera diría que enamorarse es algo bueno, hija. ¡Tienes que estar radiante de felicidad!

-Pero es que tengo muchas dudas y miedo de que solo me vea como una tía más a la que tirarse y con la que matar el tiempo.

Por mucho que quiera apartar esos pensamientos negativos de mi mente, mis inseguridades siempre salen a flote y me recuerdan que no ilusionarme me evitará muchas decepciones.

-Créeme, si te quisiera solo para follar ya te hubiese dejado tirada. Pero ahí sigue, ¿verdad?

-Sí...

-¿Entonces?

-Es que no me entra en la cabeza como un tío como él pueda querer algo con alguien como yo-suspiro y bajo la mirada. Carlos me coge de la barbilla y me obliga a mirarle.

-Eres subnormal, definitivamente. Pues a lo mejor porque eres un cañón de tía, y aunque sea gay, tengo ojos en la cara; estás buenísima. También porque eres inteligente, divertida, ocurrente, alocada, directa, sincera y porque contigo se puede hablar de todo. ¿Cuándo vas a empezar a creértelo?

Hablar con Carlos es justo lo que necesitaba, alguien que me suba la autoestima y me ayude a despojarme de mis dudas.

-Te quiero muchísimo, gracias por ser mi consejero y mi confesor-le doy un beso en la mejilla.

-Y gracias a ti por ser la mía, flor. ¿Qué haríamos el uno sin el otro?

No tengo respuesta a esa pregunta, solo sé que a día de hoy Carlos es una persona fundamental en mi vida.

Sueño cumplido (Luka Dončić)Where stories live. Discover now