Deseándote en silencio✔

»16«

No puedo evitar sentir una alegría inmensa, en medio de mi tristeza.

―Qué bueno que no me equivoqué. ―Su voz suena aliviada al otro lado y eso me alegra más―, pero, ¿te pasa algo?

Está preocupado por mí. Eso también me alegra.

―¡No! Claro que no, estoy bien.

No tiene porque saber que tengo un padre desalmado que es capaz de ―básicamente― vender a su propia hija.

―No lo sé, suenas como si hubieras estado llorando. ¿Seguro no pasa nada?

No puedo evitar poner cara de tonta al escuchar eso. Me aclaro la garganta.

―No, pero, ¿por qué me llama?

Trato de desviarlo, igual no es como si pudiera contarle lo que me pasa.

―Ah, bueno, eso es porque me quedé preocupado.

―¿Preocupado de qué? ―Me entra la curiosidad.

―Bueno, es solo que no me gustaría que te arrepintieras, de verdad te necesito, digo los chicos te necesitan.

No pude evitar dejar escapar una sonrisa con eso, así se haya corregido y fuera la gran cosa, me gustó escuchar que me necesitaba. Su llamada realmente me ha arreglado la vida, hasta siento cosquillas en mi estómago.

―No se preocupe, prometí hacerlo y voy a cumplirlo, así que quédese tranquilo, no tenía por qué molestarse en llamarme.

¡Dios! En serio me hace feliz esa llamada. Mi fangirl interior grita a todo pulmón de emoción.

―Qué bueno escuchar eso, pero, ¿en serio no te pasa nada?

―No, no, todo está bien.

Ahora todo está mejor. Hay alguien que está preocupado por mí. Él.

―Bien, pero si tienes algún problema quiero que sepas que puedes contar conmigo, lo que sea, Leah.

―De acuerdo, profesor ―digo tratando de controlar mi sonrojo.

Me volvió a llamar por mi nombre, convirtiendo esta llamada salvadora en un poco de esperanza, y se siente tan bien.

―Te veo en la escuela. ―Es lo último que dice y cuelga.

Llevo el teléfono a mi pecho sin dejar de sonreír como una bobalicona. No ha sido nada súper especial pero el simple hecho de que me contacte para preguntar como estoy se siente genial. Muy genial. Después de su llamada todo vuelve a tener color y sentido para mí y aunque sea momentáneo no voy a dejar que mi padre y su mala noticia lo arruinen. Me acomodo en mi cama y abrazando la almohada cierro mis ojos, ya quiero que este día termine y llegue el lunes para ir a la escuela.

No sé cuánto tiempo pasa, pero solo me levanto cuando escucho golpes insistentes en la puerta. Me levanto somnolienta de la cama y arreglando la falda de mi arrugado vestido camino hacia la puerta y la abro. Es Eleonora.

―¿Qué quieres?

―Leah, ¿podemos hablar?

―No creo que haya nada de qué hablar.

Me cruzo de brazos mostrándole mi molestia. Ella entra y cierra la puerta, yo camino hacia mi cama y me siento en ella sin abandonar mi postura. Toma asiento a mi lado.

―Sabes que así no esté de acuerdo con los planes de tu padre, no puedo hacer nada al respecto ―expone sin saber qué hacer con sus manos sobre su regazo.

―Podrías habérmelo dicho, así no me hubiera tomado por sorpresa.

―Se lo dije a tú padre, pero se enojó. Me prohibió hablarte al respecto.

―No voy a casarme con ese hombre. ¡Es absurdo!

―Yo tampoco quiero que lo hagas, pero, ¿qué puedes hacer?

―Ya veré que hago, pero no pienso obedecer a papá. No en eso.

Ella me obliga a descruzarme de brazos y me abraza.

―Te apoyaré en todo lo que hagas, lo prometo.

En este momento me encuentro muy dolida con ella; sin embargo, no puedo negar que es la única que ha estado conmigo desde que mi madre murió. No es como si pudiera reemplazarla, pero si se ha convertido en alguien muy cercano para mí, alguien... en quien confiaba.

―Gracias ―digo sin mucho ánimo, tardaré un poco en perdonarla.

Ella se levanta y camina cabizbaja hacia la puerta.

―Baja a cenar, increíblemente tu padre nos acompañará hoy.

Eso en otras circunstancias me habría emocionado porque se trata solo de los tres, pero después de lo que me dijo hoy, no hace más que decepcionarme y animarme a crear mis propios planes para mi futuro.

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Gracias por leer, votar y comentar, me emociona mucho que les esté gustando!!