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La mañana llega y la zozobra de lo que me espera, también. No pude dormir de nuevo, son tres días desde que pensara que tenía una salida, en no puedo hacerlo, no hay manera, y a veces quisiera lograrlo, pero para no despertar jamás. Desearía morir y así se arruinarían sus planes, pero no quiero hacerlo, no por darle gusto, es porque quiero saber dónde está Brice...

―¿Te duele? ―Ele pregunta mientras trata de maquillar la hinchazón en mi mejilla.

―No.

―Leah.

―No voy a casarme con Bob. Me niego.

―Ya está aquí, llegó tarde en la noche.

―¡¿Vino con Brice?!

―Por supuesto que no. Sabes que no lo traería.

―Le hizo algo, ¿verdad?

―No lo sé, ya sabes que no solo te incomunicó a ti.

―¿Por qué no te fuiste? Sé que no estás de acuerdo con todo esto y si lo hubieras hecho podrías avisar a la policía.

―¿Y crees que me creerían? Tú padre tiene amigos allí, fue a los que utilizó para sacarte de casa de tu profesor.

―Entonces no hay nadie que pueda ayudarnos.

―Esperemos que sí.

―¿Por qué hablas como si de verdad hubiera algo que hacer?

―Porque tal vez lo haya, así que sé paciente ―aduce y sigue tratando de arreglar mi cara.

La puerta se abre y es la abuela.

―¿Ya terminaste de arreglarla? ―pregunta apurada―, el juez ya llegó, empezaremos pronto, luego de eso Leah y Bob deben ir al hangar para su vuelo a su luna de miel ―avisa y ni siquiera miro a mi deslamada abuela secundando los desalmados planes de mi padre.

Me abrazo a Eleonora cuando se levanta y ella trata de tranquilizarme. Ella me arrulla para tranquilizarme, pero yo solo empiezo a temblar. No quiero esto. No lo quiero, pero parece que no tengo remedio. La abuela no se va hasta, espera que vaya con ella, incluso trajo a su guardia. Me levanto a fuerza.

―Yo soy menor de edad, no pueden obligarme a firmar un acta de matrimonio.

―Si puede, es tu padre y tutor, él puede por ti.

―¡Abuela!

―Vamos Leah, no hagas esto más difícil, pronto podrás respirar otro aire. Bob es mayor, pero no está nada mal.

―¿Entonces por qué no te casas tú con él?

―¡Leah! ―me grita y lanza un sonoro disgusto, da la vuelta y empieza a caminar.

Ele toma mi mano y me arrastra suplicándome con la mirada que lo haga. Tomo aire y lo boto, la verdad, no tengo ganas de luchar y siento que voy a desmayarme, y sería lo mejor que podría ocurrirme. Camino hacia el lugar donde tienen todo el montaje como si fuera a un matadero.

Y ahí está él, Bob, esperando en la silla frente al juez, quien me mira y no dice nada, ni una muestra de interés por mi bienestar. La otra silla a su lado es para mí, no hay nadie. Todo es en secreto, y no me extraña, nadie en sus cabales aprobaría esto.

―Toma asiento Leah, ya pronto terminará todo ―Eleonora murmura en mi oído y yo me quiero morir porque por supuesto todo acabará para mí.

No me muevo, y es mi padre quien me agarra del brazo y me lleva hacia la silla y me sienta a las malas. Bob me mira.

―¿Qué le pasó en la mejilla? ―le pregunta a mi padre y yo solo quiero vomitar.

―Nada, ya se le curará. Igual, nadie va a enterarse ―aduce ese hombre―, ahora a firmar los papeles y terminemos con esto ―añade sin nada de tacto, seguido le entrega al juez unos documentos que este examina y él pone frente a nosotros lo que parece un acta de matrimonio.

Trago grueso, no quiero firmar pienso y me niego al ver que papá firma sin problemas los permisos, luego Bob y entonces es mi turno.

―No lo hagas Leah ―dice de repente Eleonora―, no firmes ―añade y papá y todos la miran.

―¿Que mierda te pasa? ―le increpa mi padre.

―Pasa que no puedes obligar a Leah a hacer eso.

―¡Te volviste loca! ¿Acaso quieres que te mande a encerrar como hice con el imbécil de Albert por opinar en lo que no debe?, te dije que no cometieras el mismo error o lo pagarías ―papá masculla y ahora solo puedo pensar en que le habrá hecho al pobre Albert?―, firmarás el maldito papel como testigo y ya veré que hago contigo.

―Deberías entender lo que digo, Lucius, no puedes obligar a Leah a contraer matrimonio con un hombre que le dobla la edad, porque no es tu hija ―prosigue retándolo con algo que es como una revelación.

¿No es mi padre?

Le miro y ella asiente, después de eso lo siguiente que pasa es como un borrón de una escena de película de asaltos porque también de repente, el lugar se empieza a llenar de hombres que llevan uniformes y van armados, y no son de los que trajo papá. Esos están aterrados como lo está la cara de papá y la de Bob, y ni se diga de la abuela y el juez.

―Nadie se mueva, están rodeados ―grita alguien desde un megáfono, miro a papá, o mejor, al hombre que Ele acaba de decir que no es mi padre.

En medio de toda la conmoción, respiré bastante aliviada. Ella me toma de la mano y me lleva hacia ella, me abraza.

―¿Qué mierda hiciste, Eleonora? ―mi padre se lanza hacia nosotros pero alguien le golpea y le aparta, es el profesor.

Verlo hace que mis ojos se agüen y me llene de felicidad y más cuando empiezan a apresarlos a todos. Mi padre maldice improperios, Bob y la abuela también.

―No hice nada, fueron ellos ―Ele dice cuando Albert también viene hacia nosotros.

―¿Estás bien? ―me pregunta acercándose el profesor Nicholas Young.

Estoy muda, realmente sorprendida con todo.

―No ha comido mucho, pero está bien, no se preocupe ―Ele explica por mí.

Tengo tanta emoción que ahora creo que, si me voy a desmayar, pero no quiero. Necesito saber de Brice, no lo veo entre toda la gente que hay moviéndose por todos lados

Albert se acerca y me abraza.

―¿Dónde está Brice, Al? ―le pregunto y todos hacen silencio―, dime Albert, ¿está bien? ―pregunto porque si todo esto está ocurriendo es porque su plan resultó, o no, aun ni siquiera sé que es lo que pasa y si es cierto que mi padre no... lo... es como dijo Eleonora.

Albert no responde, Eleonora también está en la misma incertidumbre que yo, es el profesor que se acerca.

―Brice está en coma, no pude hacer nada por él, lo siento mucho Leah ―me informa y de repente todo empieza a ponerse negro... a mi alrededor.

~°~°~°~°~°~

Jelou!! Bueno, dije que esta cúspide iba a estar un tanto difícil, pero pese a como queda, aún nos falta, así que mándenle buenas vibras a Brice, y nos vemos en los capis finales.

Deseándote en silencio✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora