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Me tomo mi tiempo en el baño, aunque la verdad no es que quiera salir tan rápido. Me siento un poco avergonzada y nerviosa, incluso más después de que todo pasó. Y la verdad, fue mejor de lo que esperaba. Antes, ni siquiera lo hubiese considerado y menos con Brice; sin embargo, sucedió y lejos de arrepentirme me siento feliz, y debe ser por eso y por todas las cosas que estoy redescubriendo que no puedo evitar sentirme en medio de todo, espantada por lo que hicimos. Termino de lavarme la cara y salgo del baño. Brice debe estar pensando que nunca saldré de aquí.

Mi gran sorpresa al abrir la puerta es que él está allí, apostado frente a ella.

―¿Estás bien? ―pregunta con algo de preocupación en su tono.

―Ah, sí, claro ―respondo caminando rápido hasta la cama.

O eso intento cuando la mano de Brice atrapa mi brazo.

―Dime la verdad, creí que nunca saldrías de allí.

Sus palabras pegan en mi espalda y el deje de preocupación sigue allí. Eso me hace suspirar hondo.

―Lo siento, solo necesitaba... mi tiempo.

―¿Tan mal estuvo?

―¡No, claro que no! ―exclamo girando y mirándole. Me fijo en que no soy la única con la cara todavía colorada―. Estuvo... bien.

―Me alegra oír eso, ya me estaba preocupando. Siempre deseé que fuera perfecto. Pero nunca que terminaras odiándolo.

―No, claro que no haré eso. ¡Y lo fue! ―me exalto―, mejor... de lo que esperaba...―admito con mi voz trémula.

―¡Dios! En serio me hiciste preocupar ―exhala halándome y abrazándome.

Me recuesto en su pecho desnudo y del lado donde puedo escuchar su corazón, y se siente genial saber que late acelerado al igual que el mío. Habría creído que esto no pasaría, y sí, pasó, y me gusta.

―¿Qué vamos a hacer ahora? ―pregunto cortando el silencio en que nos sumimos los dos.

―Vamos a salir de esta.

―¿Cómo? ―pregunto alejándome un poco para mirarle―, cuando nuestros padres se enteren de esto, vamos a tener muchos problemas tu y yo.

―Tranquila, ya lo tengo todo arreglado.

―¿Qué piensas hacer?

―Bueno, es que hay algo que no sabes.

―¿Qué no sé?

―La razón del por qué tu padre y mi padre hicieron este compromiso.

―¿De qué hablas? ¿Qué sabes que no se yo? ―increpo, la verdad quiero saberlo. Lo miro y veo decisión en su mirada, eso me recuerda que me diría todo lo que no sé―. El profesor ha dicho que puede ayudarnos, pero no creo que en serio pueda hacer algo en contra de mi padre.

―No del tuyo, pero si del mío ―Brice responde y me lleva con él a sentarme a su lado en la cama―, ¿recuerdas a la chica que te encontraste en la escuela?

―¿La que dijo que era tu amiga? ―pregunto recordando que fue ella quien me avisó que él estaba enfermo y después me hizo la advertencia, aunque la verdad nunca supe si le agradaba o no.

―No es una amiga.

―¿Entonces quién es? ―Brice me mira dubitativo somo si se debatiera en si decirme eso o no―. ¡Dime quien es! ―exijo porque la forma en que me mira ahora es a mí a quien le preocupa.

―Es mi hermana.

―¡Qué! ―exclamo realmente sorprendida por lo que acaba de revelar de sopetón.

Deseándote en silencio✔Where stories live. Discover now