Capítulo 16

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Martes 18 de marzo, 2014.

Yongguk esperaba a que el semáforo cambiara a verde para los peatones, su madre se había levantado aquel día un poco animada y, antes de él irse a estudiar, había preparado el desayuno, cosa que le sorprendió mucho porque no incendió nada ni hizo explotar la casa. No es como si su progenitora fuera mala cocinera, sino que desde el accidente se perdía en sus pensamientos y a veces dejaba lo que hacía a medias, razón por la cual encontraba ollas hirviendo en el fogón o los harapos de la cocina a punto de incinerarse. Aunque debía admitir que prefería mil veces verla animada que postrada en la cama, ausente. Además, aquello le había hecho sentirse menos molesto.

Llevaba enojado con Youngjae desde el domingo y no había querido hablarle debido a su enfado y decepción con el menor. Él no era de golpear a la gente que quería —omitiendo el caso de su padre— pero tenía muchas ganas de abofetear a su mejor amigo. Por eso también lo evitaba, en situaciones como esa, en las que la decepción invadía todo su ser, le era muy difícil controlar la rabia y él, desgraciadamente, era muy bueno hiriendo a las personas. Se conocía muy bien y lo que mejor se le había ocurrido era no ver la cara del castaño, para no acabar estampándole un golpe. El semáforo cambió a verde y él esperó un poco más para cruzar, en ocasiones algún motociclista rebelde se saltaba las normas de tránsito y se llevaba a alguien por delante. Se convenció de que cuando tuviera su propia moto evitaría muchos accidentes. Al asegurarse que podía pasar, cruzó la calle hacia el restorán.

Los Park habían regresado en la madrugada de aquel día y, en lugar de tomárselo para descansar y desempacar, habían abierto el negocio para empezar a vender de nuevo. Yongguk tenía un poco de dolor de cabeza y se encontraba con un poco de malgenio, en la clase de unas horas atrás le habían puesto a leer un documento que incluso para él fue imposible de entender. Justo cuando iba a entrar al local, un cuerpo se interpuso en su camino, obligándolo a retroceder un par de pasos. Parado frente a él se encontraba Junhong, el cual le había estado esperando gracias a que Jongup le había indicado el lugar en el que trabajaba Yongguk. El mayor gruñó y le miró con irritación.

—Ash, ¿otra vez tú? —el moreno fulminaba al chico rubio con fastidio. Ya habían sido bastantes las ocasiones en las que se había topado con él y de la peor forma—. ¿Me estás acosando?

—¡No! No, yo no...

Junhong bajó la vista sintiéndose un poco triste, hacía apenas unos días que el pelinegro le había hablado con tranquilidad y le había mirado con ojos comprensivos, ¿qué había pasado? ¿Había llegado en un mal momento? ¿Por qué Yongguk estaba tan molesto? ¿Quizá alguien lo había hecho enojar? ¿Él, por entrometerse en su camino? El menor se mordió el labio y Yongguk se dio cuenta. Lo observó de arriba abajo, viendo la cara descompuesta del chico, y notó que éste aferraba un papel en la mano. Alargó el brazo y lo tomó sin preguntar si podía hacerlo, revisando el contenido.

—¿Fotografía? —leyó—. ¿Quieres que sea tu modelo?

—B-bueno... me gustaría qu-

—¿Por qué yo? ¿Sabes cuántos dolores de cabeza me has traído?

Recordó aquel dolor de espalda que le había dado después de que el chico le cayera encima desde la altura del árbol. Volvió a leer lo que decía en el papel, era algo con que le habían asignado a cada estudiante un tema específico y debían tener al menos uno o dos modelos. El tema de Junhong era Chico de ciudad. Yongguk miró al chico de nuevo y se le revolvió el estómago al verlo haciendo un pequeño puchero y jugando tímidamente con sus manos. Luego de meditarlo sin descanso el sábado pasado, el moreno había llegado a la conclusión de que el rubio había ocupado sus pensamientos porque era una forma en la que su cerebro le avisaba que cuando el chico estuviera cerca cosas malas iban a pasar. Pero incluso en ese momento, él admitía que no eran más que ridiculeces suyas inventadas para negar que algo extraño le estaba ocurriendo con ese niño.

[B.A.P] «fishing for love».Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz