Capítulo 38

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Youngjae se quedó como piedra al ver al dueño de sus suspiros y tormentos frente a él. No, no estaba paralizado por su mera presencia o porque le estaba mirando hasta lo más profundo de su alma con esos ojos fulminantes y penetrantes, sino porque el cabello negro que lucía en esa noche le quedaba muy bien. ¿Acaso era una forma de castigarlo? ¿Verse más guapo para hacerle arrepentir de sus malas decisiones? Daehyun se había cortado el cabello y lo había teñido de un color tan oscuro como el alquitrán, vestía una chaqueta de cuero con una blusa blanca estocada y jeans rasgados, unos simples Converses cubrían sus pies. El castaño podía jurar que se le iba a cortar la respiración si lo seguía observando.

El ambiente en todo el lugar era festivo y juvenil, sin embargo, el que rodeaba a los chicos estaba cargado de tensión y comentarios contenidos. Yongguk mantenía sus ojos puestos en el nuevo pelinegro y en su mejor amigo mientras Junhong no dejaba de observarle preocupado, odiaba la idea de verlo serio cuando minutos atrás había estado tan cerca de él mimándole y siendo dulce. Jongup, pese a siempre estar distraído, notó que el aire era pesado y que algo estaba ocurriendo, siempre se quedaba en silencio, pero ahora que sentía que pertenecía a un círculo de amigos quería hacer algo.

Alguien se le adelantó.

—Es muy curioso que estemos los seis aquí reunidos —comentó Himchan rompiendo todas las miradas y sonriendo amplio—. Bueno, no sé ustedes pero yo voy a disfrutar esta fiesta, hace un buen tiempo que no vengo a una y lo quiero pasar maravillosamente —se giró hacia su vecino y le guiñó un ojo—. Recuerda lo que hablamos.

Sin mirar a los otros tres, se marchó animado moviendo las caderas de izquierda a derecha directo hacia la barra. Los chicos permanecieron en silencio, dejándose envolver por el pesado aire que les rodeaba. Daehyun tragó saliva y volvió a mirar a Youngjae, quien dio un breve respingo cuando sus ojos se encontraron. «Recuerda lo que hablamos». Horas atrás, de camino al evento, Himchan le había dicho que debía dejar esa estupidez suya de que el amor no había sido hecho para él y que solo le diera una oportunidad a Youngjae; si tanto lo defendía cuando lo insultaba, era lo mejor, luego verían cómo marchaban las cosas. Solo debía dejar su resentimiento... Volvió a hidratarse la garganta.

Youngjae advirtió que el moreno trataba de decir algo y se le removió el estómago. ¿Diría algo punzante otra vez? No quería eso, por lo que pensó que debía tomar la palabra antes que el mayor. Tomó aire y sus labios, que había abierto para hablar, se cerraron de golpe cuando Kim Wooseok apareció al lado de Daehyun mirándole con evidente sorpresa y un leve atisbo de emoción.

—¡H-hyung, qué alegría verte! —exclamó el menor con ojos brillantes, desviando todas las miradas hacia él—. No sabía que ibas a venir.

Sin importar la oscuridad de aquel rincón, Youngjae adivinó que Wooshin tenía las mejillas ruborizadas y su expresión era la de un joven ilusionado, un joven que lo iba a dar todo en su declaración de amor. Daehyun parpadeó un par de veces y le sonrió devuelta, achicando sus ojos y mostrando sus perfectos dientes, irradiando calor y atracción. El castaño no lo soportó. Desvió la mirada hacia otro lado, sintiendo que una vez más su corazón se encogía y se marchitaba del dolor y del miedo, pues sabía lo que pretendía el pelirrojo y le asustaba la respuesta de Daehyun. Apretó los puños y se alejó de ahí girando sobre sus talones, su buen humor se había esfumado.

Yongguk no pasó desapercibida la expresión dolida en el rostro de su mejor amigo, cosa que le enfadó de más y le obligó a levantarse de un salto, su rostro hecho una furia. Guio sus zancadas hacia el cuerpo de Jung Daehyun y estiró los brazos para agarrarlo.

—¡Yongguk! —Junhong se incorporó tan pronto adivinó las intenciones de su novio y lo sujetó de un brazo para frenarlo, Jongup aprovechó esto para ubicarse entre ambos pelinegros y evitar que golpearan al mayor de nuevo.

[B.A.P] «fishing for love».Where stories live. Discover now