Capítulo 18

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Youngjae observó cómo Jongup se iba corriendo y dejó escapar un sonoro suspiro, pues quería preguntarle si era verdad que no sabía dónde se encontraba Yongguk, necesitaba hablar con su mejor amigo pronto. Kuhn le despeinó el cabello y él lo miró con el ceño fruncido.

—Ve a comer, jovencito —mandó Sooil y Youngjae puso los ojos en blanco.

—Te recuerdo que soy mayor que tú.

Se quitó la mano del menor de la cabeza y caminó hacia el cuarto de cambio.

—¡Me encanta cuando me rechazas, Jae hyung!

El castaño soltó una risotada cuando cerró la puerta tras de sí y se quitó su chaleco para rebuscar su billetera en el bolso. En ese mismo instante su móvil recibió una llamada entrante y él lo alcanzó, sonriendo al ver el nombre de Daehyun con una foto suya en la pantalla.

¿Estás libre? —curioseó el chico con voz divertida.

—Estoy trabajando —mintió, solo para ver cuál sería la reacción del mayor.

Ah, bueno... —sonaba increíblemente decepcionado y Youngjae no pudo continuar con su mentira, había descubierto que era débil a la voz del muchacho.

—Nos vemos en la cafetería.

Terminó la llamada y se apuró en cargarse el bolso a la espalda. Partiendo de la biblioteca se topó con Sumin y se detuvo para abrazarla en un saludo, luego salió corriendo de la universidad para llegar a la cafetería en cuanto antes. Cuando arribó al lugar, Daehyun ya lo esperaba afuera apoyado en la pared y con una dulce sonrisa. El rostro del mayor seguía igual de amistoso a excepción del gran moratón que adornaba su ojo izquierdo, y su nariz se veía un poco rosa pero nada exagerado.

—Lo siento... —se disculpó el castaño cuando empezaron a caminar—, aún no he podido hablar con Yongguk para que se disculpe por haberte golpeado.

—No importa —el mayor lo miró contento—, de hecho, me alegra que sea sobreprotector contigo —se señaló el ojo herido—, deja ver lo mucho que le preocupas aunque exagera un poco.

—Exagera demasiado —protestó Youngjae recordando todas las apariciones misteriosas de Yongguk en sus citas a ciegas. Nunca iba a entender cómo era que se enteraba de ellas—. Mira que lastimarte así...

Se detuvo y se puso frente al pelidorado. La diferencia de estatura entre los dos no era mucha, Daehyun era más alto que Youngjae por dos centímetros midiendo metro setenta y nueve.

—Me da pena que estés herido por mi culpa —confesó el menor.

Luego de pensárselo la noche anterior, llegó a la conclusión de que su mejor amigo al final había dado con el nombre Daehyun por su metida de pata, por lo que sería la segunda vez que el pelidorado resultaba herido a causa suya. Últimamente todo lo que hacía traía problemas y se sentía muy idiota y patético, como un gran fastidio para la humanidad.

—Jae... —Daehyun sonrió—, no pasa nada. Deja de darle vueltas a lo de ayer, no tiene importancia. Aunque tu amigo me hizo enojar y me tenté a devolverle los golpes, no lo hice, y si lo hubiera hecho no hubiera habido diferencia. Él seguiría molesto de un modo u otro.

—Pero...

El pelidorado lo agarró de la mano y retomó el camino.

—Me prometiste un helado, así que vamos.

Youngjae se dejó guiar por el mayor y decidió que tenía razón, quizá él debía dejar de pensar tanto. No había hecho nada malo, así que tampoco tenía que estar recriminándose y culpándose por todo. Fueron juntos hacia una heladería toda llena de azul cielo y rosa pálido y se sentaron a comer helado como se habían propuesto, el menor pidió uno de tres bolas de fresa con chispas de chocolate y el mayor uno de dos bolas de helado de vainilla con algunas frutas y galletas. El clima afuera era sencillamente perfecto, un cielo azul despejado los rodeaba y el sol primaveral calentaba de forma acariciadora, sin llegar a ser molesto; un viento que era casi irreal los batía con suavidad y llenaba de tranquilidad a las personas que estaban sentadas a la sombra y a las que caminaban de un lugar a otro transitando las calles.

[B.A.P] «fishing for love».Where stories live. Discover now