Capítulo 41

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Martes 15 de abril, 2014.

—No.

Junhong hinchó las mejillas y volvió a su cuaderno echando humos, leyendo sin concentrarse las notas que había bajo los cuadrados de diferentes tonalidades de azul en su libreta de pintura. Azul perla, azul cian, azul cobalto, índigo, marino. Era su color favorito y siempre lo llenaba de calma, excepto en esa ocasión. Había pensado que había logrado tocar el corazón de Yongguk lo suficiente como para que éste no le negara nada, pero ahora veía que tenía que esforzarse un poco más. Resopló enfadado ignorando la mirada atenta de su novio, que lo detallaba silenciosamente.

Se hallaban en las mesas de piedra ubicadas entre el los bloques de Artes y Humanidades. Jongup estaba con ellos sentado al otro lado de la mesa, tomando su almuerzo mientras se divertía con la escena. Todavía no podía creer que Junhong y Yongguk finalmente eran pareja, eran tan distintos tanto física como personalmente que ese contraste los hacía ver adorables. Rio por lo bajo, se sentía genial ver la primera discusión de la pareja. Yongguk desvió los fulminantes ojos hacia él y se tensó, aunque solo un poco, había descubierto que el mayor no era tan escalofriante como se pensaba y ahora podía manejar más sus nervios.

—Dame la mitad de lo que estás comiendo —ordenó el moreno.

Esa exigencia confirmaba que el mayor se había ablandado un poco con él, antes le hubiera pedido el plato entero. Y, sin embargo, algunas costumbres no cambiaban.

—Sí, señor.

Antes de acercar su plato hacia el moreno, Junhong soltó un bufido molesto y los miró con seriedad.

—No lo harás —pasó los ojos de su amigo a su novio—. Deja de tratar a Uppie como tu esclavo.

Yongguk le miró igual o más irritado.

—Es lo que es...

El rubio cruzó los brazos, ofendido.

—Eso es porque hicieron un traro, ahora sales conmigo porque quieres, no porque te toca.

El moreno lo observó por un minuto y su corazón se sacudió al detallar el rostro de su novio. Suspirando, negó con la cabeza.

—De verdad estás enojado...

—¡Claro que sí!

Yongguk lo observó un segundo más y luego miró a Jongup.

—Está enojado —le avisó, señalando al rubio. Jongup asintió—. ¿Cómo puede estar enojado y verse adorable? No lo entiendo.

Junhong se puso rojo hasta las orejas y su corazón empezó a latir tan rápido y tan feroz que por un momento llegó a pensar que se iba a morir. Yongguk le hacía derretir de todas las formas pensables e impensables sin importar su estado de ánimo, lo descolocaba tan fácilmente que podría llegar a pecar por él. El moreno sonrió hacia él y su corazón se hinchó de cariño, ese hombre le gustaba demasiado.

—Está bien —oyó decir a su novio mientras éste se le pegaba como una sanguijuela y lo rodeaba con sus brazos—. Dejaré que me retrates desnudo, pero deja de enojarte.

El rubio le miró con un puchero y empezó a acariciar la piel desnuda de los brazos de su chico.

—No tienes que hacerlo si no deseas... yo quiero que quieras hacerlo, no porque me debas hacer un favor.

Yongguk apoyó la barbilla en su hombro y le miró intensamente, un brillo especial reinando en sus pupilas.

—Lo que quiero es complacer a mi novio para que deje de fruncir el ceño y no arrugue su cara.

[B.A.P] «fishing for love».Where stories live. Discover now