03

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Era una hermosa, pero fría mañana; a través de las nubes se podía ver como el sol luchaba para salir en invierno. Era el primer día de la semana, también el primer día de trabajo de Erick, y no, no me refiero a la venganza y todo el asunto del Karma. Tiene un trabajo, que se puede considerar trabajo.


El domingo por la noche, Melissa lo llamó diciéndole en donde podía encontrar a Joel; y que ya había reservado una entrevista de trabajo. El problema no era ese. El problema era que estaba diez minutos tarde y no encontraba sus pantalones.


Con solo una toalla envuelta en su cintura, Erick corría por las habitaciones buscando su maleta sin éxito de encontrarla. En su camino paso frente a la habitación de Christopher, quien estaba con la puerta entreabierta. Erick pensó que ya estaba despierto y que tal vez sabía dónde estaba su maleta.


Y se llevó una gran sorpresa; la verdad es que ni tanta. Termino de abrir la puerta encontrándose a Christopher, como decirlo, durmiendo a pata suelta. Su cuerpo descansaba boca abajo, sus labios estaban entreabiertos y una hilera de saliva caía por una esquina de su boca, mientras de ésta soltaba leves ronquidos.


Erick rodó los ojos y se acercó –Christopher — susurró —Christopher... Chris... — pasó exactamente un minuto. Erick ya molesto tiro las sabanas y gritó —¡Christopher!


—¡Zabdiel! — saltó él, abriendo sus ojos de golpe. Desorientado miró a su alrededor y cruzó mirada con el chico a su lado —¡Erick me salvaste de ser aplastado por Zabdiel! — exclamó en un tono exagerado.


Una sonrisa creció en los labios de Erick y negó con la cabeza — Ya deja eso y levántate.


De mala gana pero sin protestar, salió de la habitación; Erick siguió todo movimiento de éste y una vez solo comenzó a buscar. No había nada debajo de la cama, tampoco en el armario. Ni siquiera detrás de la puerta. Ya estaba comenzando a creer que olvido su maleta en algún lugar. 


Echó un último vistazo en los rincones antes de salir, pero, paro en seco cuando vio a Christopher apoyado en la puerta de brazos cruzados y sus cejas fruncidas.


—¿Qué buscas?


—¿Viste mi maleta? Estoy seguro de que te la encargue una vez que bajamos del avión.


Mientras tanto en la cabeza de Christopher se formaba un flashback; Él tenía la maleta cuando bajo del avión, la llevaba consigo cuando corría por el aeropuerto, pero ya no la traía cuando subieron al taxi.


—No, ni idea — sacudió la cabeza —¿Buscaste bien?


—Sí, y no la encuentro. Sólo tengo mi pijama.


—¿Y la ropa que traías puesta?


—Con pastel — respondió ya desesperado —¿Dónde está Zabdiel?


—Hibernando.


Erick suspiró, conteniendo un impulso de golpear a alguno de los dos chicos —Despiértalo. Tírale agua hirviendo, lo que sea, pero despiértalo.

karma || JoerickWhere stories live. Discover now