➊𝐅𝐫𝐚𝐠𝐢𝐥𝐞╢𝐓𝐄𝐄𝐍 𝐖𝐎𝐋𝐅

PREFACIO.

Las hojas caídas del bosque crujían bajo los pies de los cazadores, los cuales merodeaban por ahí en busca de nuevas amenazas para el pueblo de Beacon Hills, un pueblo en donde todo parecía suceder.

La luz de la luna conseguía alumbrarles un poco el camino, más Argent se lo sabía de memoria, y es que todo allí acababa siempre en el mismo lugar: la mansión Hale.

Allí era donde todo había iniciado, y también donde habían puesto fin al Alfa y a las locuras de Kate, o al menos eso pensaban.

Con Derek como el nuevo Alfa y la llegada de más cazadores, entre esos el patriarca de los Argent, Beacon Hills estaría destinada a una guerra entre el lobo y el cazador, ignorando por completo lo que vendría después.

―Debes ver esto ―mencionó Iván, uno de los cazadores del clan Argent.

Chris, preparado con su ballesta en la mano, caminó hasta la entrada de la mansión Hale, y frente a sus ojos apareció una joven.

Una adolescente que no pasaba los 16 años, completamente en trance, sentada en el suelo del pórtico junto a la puerta, y sus ojos azules perdidos en el horizonte, casi como si estuviese buscando algo más allá del bosque.

―¿Crees que sea algo? ―volvió a hablar Iván.

―Debemos averiguarlo ―mencionó otro.

Chris ya no estaba atento a ellos. Sólo veía a esa chica, quien por su humilde aspecto, parecía cualquier cosa menos sobrenatural.

―¡Basta ya! ¿Qué rayos se supone estás haciendo? ―dijo Daniel, un cazador algo mayor, y eso atrajo las miradas de todos.

Iván tenía empuñada su arma contra la cabeza de la chica, preparádose para dispararle y descubrir si era una mujer lobo o no.

―¿Qué crees tú? La chica está aquí y no parece coincidencia. ¡¿Y si es algo?! ―espetó Iván, señalando a la adolescente completamente ida.

―La conozco. Es paciente mía en el Memorial de Beacon. Toda la vida ha sido sonámbula... ¡Camina dormida! Eso es todo ―dijo Daniel, rápidamente abrigando a la chica, la cual estaba en un sencillo pijama en plena madrugada.

Chris frunció su ceño.

―Sabes que no podemos dejarla ir sin primero probar que no es algo ―intervino, cogiendo del brazo a Iván que trataba de sacar a la joven de su lugar.

Al cazador, alias "doctor", no le agradara la idea, de hecho, le parecía absurda. Si Sarah fuese alguien sobrenatural, él mismo lo sabría mejor que nadie después de ser su doctor de infancia.

Pero Chris tenía razón, había que probar.

Un poco de acónito y Sarah no reaccionó. Eso eran buenas noticias considerando que, si algo hubiese pasado, probablemente ese desliz suyo en el bosque sería el último y acabaría con una bala en medio de los ojos.

Lo que ellos no sabían, y probablemente Sarah tampoco, es que ella estaría rondando el bosque por algo más que simple sonambulismo o simple coincidencia.

No.

Sarah buscaba un Alfa.

Sarah buscaba a Derek Hale.