SINOPSIS:
Sarah tiene toda la apariencia de chica normal de Beacon Hills, algo que claramente puede ponerse en duda.
Sonámbula por el bosque, algo la obliga a llegar siempre donde Derek Hale.
Por tanto, una vez atrapada en la red de problemas sobren...
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―Oigan, testículo izquierdo y derecho ―les llamó Jackson a los chicos frente a él, quienes fingieron ignorarle―. ¿Qué diablos es un Kanima?
Tras esas palabras, los rostros de asombro hicieron que ambos chicos se voltearan rápidamente, alertados.
Scott era quien lucía más afectado.
«¿Cómo es que todos ya saben de eso?El que Jackson sepa solo traerá más problemas. Igual que con Argent y Peter».
―De acuerdo, escuchen. Una advertencia antes del repaso. Algunos de ustedes, como McCall ―dijo en entrenador Finstock, volteándose a Scott―, deberán crear sus propios grupos de estudio porque el examen de mañana va a ser tan, pero tan difícil que creo que ni yo lo aprobaría. Bien, necesito un voluntario en el pizarrón para la primera pregunta. ¿Quién lo hace?
Consiguió varias manos alzadas, incluida la de Lydia, quien estaba concentrada en la clase, a diferencia de tres chicos en el salón.
Con problemas más importantes que un examen, Scott y Stiles voltearon hacia Jackson para entender qué estaba pasando y cómo era que él sabía del kanima. Pero este se les adelantó.
―Paralizado desde el cuello. ¿Tienen idea de lo que se siente?
―Conozco esa sensación ―murmuró Stiles.
―Espera, ¿Derek te hizo una prueba? ¿Por qué creería que eres tú? ―preguntó confundido Scott.
―¿Cómo voy a saberlo? Esperaba que ustedes, par de genios, me lo pudieran decir. La amiguita tuya ―señaló Jackson con desprecio a Stiles―, estaba ahí anoche. Pregúntenselo a ella. Ahora quiero saber qué es un Kanima.
―¿Cómo es que siempre está involucrada en todo? ―le susurró con pesadez Stiles a su mejor amigo, y cambiando el tema añadió con preocupación―. Aguarda, ¿Creen que es Lydia?
―No lo sé, sólo escuché su nombre y algo sobre clase de química.
―¡Jackson! ―le interrumpió el entrenador con sus habituales gritos―, ¿Tienes algo que compartir con nosotros?
El co-capitán del equipo de lacrosse abrió sus ojos nervioso.
―Ahm... Sólo mi gran admiración por mi entrenador.
―Eso es tan lindo ―añadió Bobby con ternura ante las palabras del chico, para luego volver a ser él―. ¡Ahora, silencio! ¡Cállate! ¿Alguien más?
Stiles no comprendía a ese hombre. Nadie en realidad lo comprendía.
Quería mucho al entrenador, pero su forma de gritar. ¿En serio, por qué grita?, ¿Por qué hace eso?
En fin, una vez que se llevaba tiempo en su clase era fácil acostumbrarse, y sus innecesarios y exagerados gritos ya eran su sello de autenticidad... y por eso todos lo querían. En especial Greenberg.
