CAPÍTULO 25.

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Sarah había regresado a la estación, y su cuerpo temblaba completamente después de ese encuentro con Scott a las afueras de la clínica animal.

En cuanto Sarah había volteado y dejado a Scott en aquel callejón, su primera impresión fue la de correr con Derek para decirle que no estaban a salvo, que debían irse lo más rápido de ahí y buscar otro refugio. 

En resumen, olvidarse de las palabras de Scott, las cuales podían ser promesas vacías.

Sin embargo, era una sensación inexplicable el cómo, al aparecerse en el lugar, su inquietud había desaparecido por completo, y negándose a decirle algo a Derek o a cualquiera, confió ciegamente en Scott y guardó silencio.

Hace tiempo que Sarah llevaba sintiendo "cosas"; cosas inexplicables. 

Ella le llamaba instinto, por no decirle "Estoy enloqueciendo y me creo psíquica, lo cual es probable me lleve a una hermosa estancia en el loquero del pueblo". Pero, en fin, ese instinto había vuelto a aparecer, y nuevamente con Scott.

Había aparecido con Scott en la pista de hielo, y seguía apareciendo con él.

Aquello sólo hacía que Sarah acabase confundida.

Entonces, se percató de algo raro al regresar a la estación.

El lugar estaba casi vacío, y las voces que siempre llenaban las conversaciones ahora eran silencio.

Solamente estaba Isaac allí, quien estaba sentado en el suelo contra una de las vigas, y su mirada yacía perdida en el frente.

―¿Isaac? 

Isaac ni siquiera notó que Sarah había llegado, y tampoco cuando le llamó. Sumido en sus pensamientos, se dejó llevar por el trance y las inquietudes de su mente.

―¿Isaac? ―volvió a intentar Sarah, y esta vez el chico si reaccionó. Elevando la mirada hacia ella, le sonrió levemente, casi como si no quisiera, y la saludó de regreso―. ¿Estás bien?

―Claro ―contestó con voz apagada, y Sarah hundió su entrecejo. 

No le creía nada.

La morena, acercándose a él para sentarse a su lado y preguntarle por qué estaba así, se vio detenida por una sombra moverse dentro del vagón: 

Derek.

No era que Sarah temiese acercarse a Isaac estando Derek allí, pero ya de por sí sabía lo huraño que el Alfa se ponía ante la cercanía de los dos. 

Lo que menos Sarah quería causar era problemas, al menos no ahora.

Entonces, Isaac le sonrió comprensivamente, y Sarah hizo el ademán de apartarse de él.

―Tenemos que irnos, Sarah. Necesito tu ayuda ―ordenó Derek saliendo del vagón, y pasando por al lado de la chica esperó a que ella le siguiera hasta el auto, tal como tenía acostumbrado hacer.

➊𝐅𝐫𝐚𝐠𝐢𝐥𝐞╢𝐓𝐄𝐄𝐍 𝐖𝐎𝐋𝐅Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz