CAPÍTULO 22.

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Era todo blanco. Era el vacío, esa inmensa nada en la inconsciencia que atormentaba al Alfa sumergido en un sueño. 

Todo hasta que un molesto sonido lo despertó.

Sudado, alterado, en el piso de su antigua casa y aún débil, Derek volteó hacia todas partes buscando la proveniencia de ese molesto ruido. 

Confundido de si todo lo que había pasado era real, recordaba haber salido del vagón y haber sido drogado por Lydia, la cual lo había arrastrado hasta allí, llevando a cabo un extraño ritual que trajo a Peter Hale a la vida.

A Peter, su tío, ex-Alfa, un tanto psicópata, Hale.

Frente a sus ojos, Deaton lo miraba atentamente, casi preocupado por el hombre que había despertado algo desorientado.

―Ese sonido. ¿Qué era? ―inquirió Derek, dificultoso, mientras se incorporaba.

Deaton alzó un silbato para perros para luego entregarle una socarrona sonrisa que hizo bufar al Alfa. 

Los chistes de los hombres lobos como si fueran perros los odiaba, y jamás había tenido intenciones de ocultarlo.

Al ponerse de pie, perdió totalmente el equilibrio, y yéndose de espalda, Deaton logró salvarlo de caer de bruces al suelo.

―Te sentirás débil un par de horas ―le explicó Deaton, haciéndolo fruncir su ceño.

«¿Cómo es que éste hombre siempre sabe tanto de estas cosas?».

Derek desvió su mirada de él hasta su brazo, y descubrió que tenía las recientes heridas de las garras de su tío. 

Rememorando todo, vio como el agujero en el suelo indicaba que todo había sido real. 

Peter estaba vivo, realmente vivo.

―¿Ocurrió de verdad?

―Tranquilo, sigues siendo un Alfa ―le tranquilizó Deaton―.  Pero, como siempre, no uno particularmente competente.

Derek pretendió ignorar el reprocho que el veterinario le hacía para enfocarse en lo importante.

―¿En dónde está?

―Ojalá lo supiera.

―Entonces, ¿Por qué no me dices qué estás haciendo aquí?, ¿Y por qué estás ayudándome?.

No era un secreto que el Alfa se molestaba ante la constante presencia del hombre, quien siempre estaba en todas partes como si fuese Jesús o un espía acosador.

Deaton suspiró algo cansino. 

―Ayudar a tu familia solía ser una parte importante de mi vida. Ayudarte a ti es algo que le prometí a tu madre y a Elizabeth ―reveló, desconcertando así al hombre―. Créelo o no, Derek, pero tus decisiones repercutirán en alguien más que en ti mismo, y mis cuidados incluyen a una de esas personas que afectarás si no sabes hacer bien las cosas.

➊𝐅𝐫𝐚𝐠𝐢𝐥𝐞╢𝐓𝐄𝐄𝐍 𝐖𝐎𝐋𝐅Where stories live. Discover now