CAPÍTULO 27.

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Sarah sentía sus manos congelarse. No tenía frío, pero estaba muy nerviosa. 

Nerviosa por Stiles y su primer juego en cancha. 

Nerviosa por Gerard y el cómo la observaba. 

Por los betas y no saber nada de ellos desde su partida. 

Por Derek y la presión que él debía estar sintiendo ahora sin su manada. 

¿Podía sentir todo eso a la vez? ¡Claro que sí! Pero acababa convertida en un manojo de nervios. 

Se distrajo del pésimo juego cuando sintió una mano acariciar su brazo. Dirigió su mirada hacia allí y se encontró con la mano de Lydia admirando la tela de su suéter.

―Es un lindo color. Te queda muy bien ―comentó Lydia con una sonrisa. No llevaba la postura de diva de siempre, esta vez sonreía con simple simpatía―. Soy Lydia Martin.

―Sarah Reynolds ―contestó la chica en voz baja, con una sonrisa.

―Lo sé. Allison y tú pasaban rato juntas ―le afirmó la pelirroja―. Sabes, no todas las personas pueden usar el rosa pálido. Me gusta cómo te queda, ¿Usas mucho el color? 

Sarah hizo una mueca de confusión. 

Lydia jamás había hablado con ella, ni siquiera la notaba por los pasillos o clases, y era raro que hablara con ella, pero ¿Hablar sobre moda? Eso era aún más extraño. 

De todas formas, contestó. 

―No, no en verdad. Es la primera vez que lo uso. El suéter es nuevo―agregó sonriendo.

―Pues, me encanta. Nunca he tenido una amiga que pueda usar estos tonos y que queden perfectos con su piel ―tomando la tela entre sus manos nuevamente, señaló―. Es mi color favorito, después del rojo, claro. Allison es más del estilo sobrio y es algo complicado salir de compras con ella. Por eso, tú y yo tenemos que ir de compras algún día. Conozco una tienda que tiene ropa justo para ti y para mí. 

Sarah sonrió incomoda sin saber qué contestar.

―Eres tímida ―observó Lydia―. Dime, ¿Usas delineador, o algún maquillaje?

―Ah, no ―contestó escuetamente Sarah, pero la mirada que Lydia le dio, como buscando más que esa simple respuesta, la obligó a continuar―. Es que soy un asco en eso de maquillarme. Yo...

―Pues, júntate conmigo y sabrás todo lo que necesitas saber. Si me dejas maquillarte, haré que tus ojos resalten aún más. Si tienes ojos bonitos, debes aprovecharlos ―Lydia bombardeaba en preguntas y comentarios a Sarah, quien sólo le asentía sin saber qué hacer―. Cuando vayamos de compras, iremos también a un salón. De hecho, conozco uno de hace años, podemos hacernos un corte juntas.

―Esta bien ―accedió Sarah, nerviosa, y la sonrisa de Lydia creció en su rostro.

―¿Vienes a ver a tu novio? ―preguntó Lydia, señalando el partido.

➊𝐅𝐫𝐚𝐠𝐢𝐥𝐞╢𝐓𝐄𝐄𝐍 𝐖𝐎𝐋𝐅Where stories live. Discover now