Vuelta a la rutina.

5.2K 430 89
                                    

Al día siguiente, por mucho que hubiera llorado, el castaño se apareció en el avión privado con una radiante sonrisa, el lado positivo era que vería a su madre antes de lo pensado, o eso quería creer.

La pena era notoria en los ojos de los guardianes que por obligación a la seguridad del joven habían asistido, se veía tan feliz a pesar de lo sucedido.

El viaje no tuvo nada de charla, sólo el intento de palabras hacia el ex-décimo, pero este no parecía querer responder.

Cuando menos se percataron el castaño ya había corrido de nuevo lejos y no les quedaba más que despedirse en voz baja o ni siquiera hacerlo.

No era su culpa, la decisión había sido clara: estarían en el bajo mundo con o sin él, aunque admitían que se habían pasado.

Mientras el viaje a Italia se llevaba a cabo, Tsuna corría nuevamente de regreso a casa, donde su madre lo recibió con los brazos abiertos.

— Tsu-kun —sonrió con cariño a su hijo, despojándolo de un deseoso abrazo—, creí que te hospedarías en Italia con tus amigos.

La mujer notó como la sonrisa de su pequeño conejito se desvanecía y el vacío en sus ojos comenzaba a notarse.

Ella lo miró con preocupación y tristeza, su instinto materno la alertaba del dolor que sentía su pequeño.

— Ayer... yo —se perdió por un momento en los ojos marrones de la mayor, para después volver a sonreír—. Me enteré de que nunca fui el sucesor del Nono.

La sonrisa de Nana se perdió en el aire como si el viento la hubiera llevado.

Tsuna no fue capaz de controlar el líquido salado que caía de sus ojos sin parar, todo fue involuntario.

— Viví en la mentira, mamá —soltó, la situación ya se había descontrolado, no habría ningún inconveniente con liberarse.

Nana lo abrazó, apretujándolo contra su pecho sin separarse.

— Podrás salir de esto, como siempre lo haces, Tsuna —sonrió triste, sentía el sonido del corazón de su hijo quebrarse cada vez que le tocaba balbucear algo, ya que las palabras eran incoherentes.

Las horas siguieron con un castaño llorando a lágrima viva, hasta que las horas antes de las clases habían acabado.

— ¡Ya me voy! ¡Gracias, mamá!

El joven corrió sin parar hasta estar más lejos de su casa, y comenzó a caminar, después de todo si llegaba tarde nada le golpearía, Hibari estaba...

Mala idea.

Tsuna se detuvo en seco. Y no era porque la tristeza volvía a invadirlo, sino porque una presencia alertaba a su intuición, y digamos que no era tan fácil de soportar ese dolor punzante.

Por acto de reflejo comenzó a correr.

— Creí que sin Reborn todo sería normal —exclamó furioso, no podía pelear y la mafia no era algo a lo que perteneciera.

Pero era normal asumir que si ni él se había enterado de la identidad del verdadero décimo, entonces se creería que él lo era, por ende... Uy, eso no pintaba bien.

— ¿Quién me manda a integrarme en los problemas?

Por fortuna había llegado a la institución y aquella persona no se  había manifestado. Bueno, sería un día normal después de todo.

O eso esperaba...

Al llegar al salón las miradas estaban sobre él y algunas con burla no tardaron en presentarse. Burlas, listo.

Se sentó en su lugar apenas logró ver a Nezu acercarse para poner más ejercicios matemáticos. No entender nada, listo.

Sonrió satisfecho y suspiró con alivio, nada parecía estar por fuera de lo normal.

Prefirió encerrarse en su propia mente para idear alguna forma de sobrevivir en soledad, y también terminó recordando cosas que le hicieron sonreír, otras que sólo sacaron una tristeza profunda.

Yuu se presenta con un nuevo capítulo.

Después de leer las amenazas y comentarios me sentí muy cruel, así que me puse a escribirlo para ustedes, espero que les guste.

Y una última cosa además de las gracias por todo su.. ejem, apoyo, es que no podré estar muy activa porque no tengo Wi-Fi :c
Espero que vuelva pronto, estoy usando los datos.

Bueno, me voy antes de que me maten -huye-

Tsuna, no eres el décimo Where stories live. Discover now