Información.

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Nono les había asignado a los guardianes de la décima generación la misión de brindarles todo tipo de información sobre la nueva familia y entregarle al castaño algo que le pertenecía.

Los chicos y el mayor se sentaron en una de las tantas salas de juntas ellos solos, porque parecía que Reborn y el hombre de canas tenían cosas que discutir a solas.

Hayato se acercó al joven de cabellos antigravitatorios y sacó de su bolsillo los guantes en su forma normal, el chico lo miró extrañado.

— Tsk, son órdenes del noveno —explicó sin ganas, entregándole los guantes sin un poco de delicadeza.

El Nono no era por nada reconocido como un hombre blando, el castaño podía predecir que en ese instante Reborn debería estar regañándolo por la acción.

Tsuna seguía preguntándose qué les había hecho para que fueran tan frívolos con él, después de todo no pueden tenerle aparente odio sin razones. Pero por lo menos ahora tenía con qué controlar sus llamas.

— ¿Cuánta información tienen? —preguntó Iemitsu serio, llevándose una mano a la barbilla, pensativo.

— Sólo tenemos una hoja completa de información —respondió la niebla menor, entregándole la hoja recién mencionada.

El rubio tomó el papel entre sus manos y comenzó a leer analizando la poca cosa que tenían para lograr un ataque exitoso.

— Sabemos que utilizan llamas especiales, que fueron creadas por un científico de la misma familia del jefe, están combinadas con las llamas de la noche por lo que son muy poderosos —comenzó a explicar Hibari, apartando la mirada hacia algún otro punto de la habitación—. No sabemos los nombres de sus integrantes pero tenemos el número de equipos y sus participantes.

Tsunayoshi e Iemitsu se miraron desconcertados, no creían lo fuertes que eran al combinar llamas especialmente fuertes como las de Vindice y los elementos del cielo.

— ¿En cuántos grupos y de cuántos integrantes hablamos? —el castaño volvió su mirada al peli-piña que le sonrió burlón.

— La familia está conformada por más de dos mil hombres y mujeres de un alto rango en llamas, los grupos se dividen en categorías específicas siendo estos diez, con cien integrantes de rango A cada uno —explicó el joven, desapareciendo en una niebla después de terminar de hablar y reapareciendo detrás de los dos "intrusos", bajo su punto de vista.

Los ojos de ambos se abrieron de par en par, esos eran muchísimos y de alto rango, lo cual significaría un grandísimo problema para su rescate pero tenían la ventaja de saberlo.

Ryohei se cruzó de brazos en su lugar, mirando hacia otro lado, se estaba desesperando de tenerlos a ambos en ese lugar.

Mientras tanto Nono tenía una severa lucha de argumentos junto a su aliado Reborn en contra del fundador de la familia y su generación en espíritus.

— Disculpe mi intrusión en el tema, pero yo elegí a mi nieto como mí sucesor oficial —anunció algo molesto Primo, esas cosas tan ridículas lo sacaban de toda paciencia y amabilidad de su fantasmal estado corpóreo—, no hay quién pueda reemplazarlo sin ser rechazado por el anillo.

El rubio dejó ir un suspiro pesado al oír de nuevo cosas sin sentido salir de los labios desesperadamente de los dos hombres frente a él.

— Giotto es muy terco y siempre consigue lo que quiere, yo me rendiría de ser ustedes —apoyó a su manera el pelirrojo suspirando.

Nono y Reborn ardían de la furia, no les agradaba la indiferencia del antecesor de Tsuna ni en lo más mínimo.

— Disculpe, Primo, pero yo soy el que ha elegido a su sucesor, no usted —respondió Timoteo ante las quejas—. No necesitamos a un inútil como jefe.

Y eso fue la gota que colmó el vaso..

— Discúlpeme, pero, con todo respeto, no se atreva a hablar así de mí nieto —gritó, Giotto explotó en furia y se levantó de su asiento impaciente, una característica para nada propia de él—. Yo soy el que decide quién es digno de la Vongola.

Los gritos se oían incluso desde fuera, y los demás que estaban del otro lado de la puerta por la curiosidad no pudieron evitar que el rubio ceniza abriera la puerta bruscamente, furioso también.

— No se atreva a hablar así de mí hijo a sus espaldas.

Un padre enojado no era algo muy bonito de ver y mucho menos de enfrentar, pero el hombre había acabado con toda paciencia naciente de él al ver llorar a su querido hijo y Giotto no reaccionó muy bien tampoco.

Tsuna trataba de evitar que esas lágrimas salieran, pero todo fue involuntario.

— Si así iban a pasar las cosas, nunca se hubieran relacionado conmigo —pronunció con dolor, bajando la cabeza.

Eso rompió su corazón, el cielo no se sentía capaz de aguantar mucho más, quería acabar con ese dictado de paz lo más pronto posible.

Ciao.

Estoy bien inspirada. ¡¿Se dan cuenta, chicos?! ¡Cuádruple actualización! ¡Esto no se ve todos  los días!

Muchas gracias por todo su apoyo, no hace mucho que publiqué la historia y estuve recibiendo todo su cariño, los amo ♡

Disfruten esta pequeña maratón, los quiero muchísimo ♡♡♡♡

Les  regalo todo mí corazón

Tsuna, no eres el décimo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora