;; siete ;;

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editado.

me coloqué unos shorts y una blusa celeste, el día estaba caluroso, así que también amarré mi cabello en una coleta alta.

- ¿Estás lista? – preguntó Max, a través de la puerta de la habitación, yo abrí la puerta de ésta para mirarle. Asentí, tomando mi teléfono de encima de la mesita de luz junto a mi cama. – Ve a buscar a tus hermanos, por favor.

- Deberías ser más cuidadoso. –dije, saliendo de mi habitación y pasando por su lado, pasando mi mano lentamente por su brazo para molestarle, o en un intento fallido de un coqueteo. – Pude haber estado desvistiéndome. – cerré la puerta detrás de mí y el me dio una sonrisa coqueta, encogiéndose de hombros en mi dirección, con una sonrisa divertida presente en sus labios.

- Tendría unas buenas vistas. – me observó de arriba hacia abajo con lentitud, noté cómo sutilmente mordía su labio inferior, antes de voltearse y seguir su camino, bajando las escaleras.

Solté un pequeño suspiro, negando con la cabeza, sin poder creer que acababa de mirarme de esa manera tan descarada y yo no hice nada para evitarlo. en lugar de ir por mis hermanos tranquilamente, simplemente di un grito y golpeé repetidas veces las puertas de sus habitaciones, antes de bajar las escaleras, cómo normalmente lo hacía. mis hermanos bajarían unos minutos después.

Fui testigo de cómo Max tomaba a Bonnie en brazos con extremo cuidado y le hacía muecas graciosas, provocando que la bebé riera, dejando a la vista sus dos pequeños dientecitos. La tomó en brazos y luego tomó el canguro.

Nos subimos al coche de mamá y llegamos rápidamente al parque, porque a pesar de que podríamos ir caminando, realmente sería un caos llevar a todos mis hermanos por la acera sin que Kyle comenzara a tocar los timbres de la casa, Olivia se quejara por el calor y Tyler tendría que estar correteando detrás de los mellizos igual que yo para recolectarlos, por lo que decidimos ir en vehículo y ahorrarnos la situación. Llegamos y los mellizos tomaron el balón, para comenzar a jugar a un extraño tipo de fútbol, Olivia puso una manta sobre el césped y tomó sus peluches, haciendo cómo que ellos fueran sus amigos e inventádoles nombres y voces algo ridículas, Tyler se compró un helado, sentándose en el césped y mirando al cielo, Max colocó a Bonnie sobre sus piernas, sentado en el césped desde dónde tenía una vista perfecta de todos mis hermanos.

- ¿Me compras un helado? – le pregunté a mi niñero, sentándome a su lado y acomodando la coleta en mi cabello. él sonrió de lado, volteando a mirarme. 

- ¿No crees que estás bastante mayor cómo para comprártelo tú misma? – preguntó y formé un puchero entre mis labios, colocando una de mis manos en su hombro y apoyando mi barbilla allí.

- No lo soy. Para algo tengo un niñero. – respondí con una mueca divertida en mis labios, él mordió su labio inferior y me entregó quince dólares, a los cuáles le agradecí.

Me compré un helado de galleta, mientras caminaba tranquilamente de nuevo hacia dónde Max estaba en el camino hacia mi asiento un balón casi me aplasta la cara o tal vez mi helado, mi hermano Kyle estaba en el suelo, sosteniendo su estómago, me acerqué, tomando un poco de césped recién cortado y tirándoselo en el rostro, haciendo que me mirara con molestia, a lo que le mostré la lengua.

- ¿Me darás el cambio? – preguntó Max al verme sentarme a su lado nuevamente, yo palpé los diez dólares en el bolsillo trasero de mis shorts, seguían allí.

- Oh, amm... gasté todo. – mentí, encogiéndome de hombros y mirándolo de reojo, dándole una lamida a mi helado de galleta y notando que Max observaba mis labios, sonreí con amplitud.

- Estás mintiendo. – estrechó los ojos en mi dirección, cómo si hubiera descubierto un crimen o algo parecido, aunque en realidad pude haber escondido mi mentira con más facilidad, quería molestarlo.

- ¡Oh, me atrapaste! – dije con sarcasmo, mientras continuaba lamiendo mi helado. – No voy a darte el cambio, Sherlock. Ahora es mío. - respondí, encogiéndome de hombros y mostrándole la lengua, antes de continuar degustando mi helado.

El negó con la cabeza en desaprobación y yo reprimí una risa, acercando el helado a Bonnie, quién comenzó a comerlo con gusto, aunque manchó todo su rostro con el helado y necesitaría un baño luego.

- ¡Lizzy! –me volteé hacia los mellizos al oír cómo pronunciaban mi nombre.

- ¿Juegas? –preguntó Mike a lo que yo sonreí, levantándome del césped para dirigirme hacia ellos.

Siempre perdía, pero era mejor que estar sentada y aburrida.

- ¡Anoté, sí, anoté! –chillé, cuándo logré anotar por primera vez en todo el partido, estaba a punto de ponerme a hacer mi ridículo baile de victoria allí mismo, pero una voz interrumpió mi momento de felicidad. 

- ¿Elizabeth? –volteé lentamente al escuchar mi nombre completo, estando preparada para golpear a quién sea la persona que me haya llamado por mi nombre y no me haya llamado "Lizzy". Nathaniel Anderson estaba parado frente a mí con una sonrisa radiante presente en sus labios, dejando en evidencia sus blancos dientes. les pasaré a explicar quién es Nathaniel Anderson, uno de los chicos más populares de la escuela y también solía ser uno de mis amores platónicos, de hecho, seguía siéndolo. – No creí que iba a encontrarte aquí.

- ¡Nate! –dije, tratando de sonar casual. Comencé a balbucear mientras ponía mi mano en mi cintura, intentando parecer tranquila y cool, aunque realmente parecía una avestruz recién nacida que no sabía cómo pararse, o algo parecido. - ¿Qué te trae por aquí? –pregunté, sonriendo algo forzada, intentando retener mi emoción y nervios.

- Vine a practicar con mi skate. –señaló las rampas detrás de él con su pulgar, me hice a un lado para poder observar, había tres chicos más con él y reconocí sólo a uno de ellos, Harry Anderson, su hermano menor y el rompecorazones del instituto, aunque era gay.

- Oh... -reí y comencé a enrollar un mechón de mi cabello oscuro con mi dedo índice, quise darme una bofetada mental al notar que mis intenciones eran coquetear con ese estúpido gesto, por lo que luego solté rápidamente mi mechón. – Y... ¿cómo estás pasando lo que va del verano?

- Realmente bien. –me respondió, sonriendo con amplitud. – Pienso hacer una fiesta el sábado, ¿te apuntas? – me miró con una sonrisa y yo solté un pequeño suspiro, antes de aclarar mi garganta para dar mi respuesta:

- ¡C-claro! – me pellizqué la mano al notar que había tartamudeado, él se inclinó para dejar un beso en mi mejilla y luego extendió su puño, el cuál choqué con el suyo.

- ¡Nos vemos luego entonces! – se alejó trotando, luego de haberse despedido con su mano.

Suspiré algo embobada para luego caminar de nuevo dónde Max puesto que ahora los mellizos estaban jugando a otra cosa distinta con la pelota, era una especie de quemados extraño, pero no les di importancia. seguro perdería en ese también.

- ¿Quién era? – me preguntó Max al llegar, alcé las cejas al notar el tono que había utilizado. bajó la vista de inmediato, tomando una servilleta y limpiando con cuidado el rostro de Bonnie, quién estaba comiendo el helado tranquilamente.

- Un amigo de la escuela. – y mi amor imposible. respondí, sentándome de nuevo en el césped, pero ésta vez dejando caer mi espalda hacia atrás y apoyándome en éste.

Esto debía contárselo a Helena.


Niñero. [editando]Where stories live. Discover now