;; DiEcInUeVe ;;

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No estaba tan mal. Miré mi falda y luego mi blusa, me sentía cómoda y eso contaba.

Unos minutos después de que terminara de prepararme escuché un claxon y al mirar por la ventana pude ver a Malcom saludarme desde dentro de su auto.

Le devolví la sonrisa y bajé rápidamente. Cerré la puerta detrás de mí y le besé la mejilla.

- Hola Lizzy. –comenzó a conducir.

- Hola Malcom. –respondí.

Llegamos a la cafetería de la otra vez, sólo que ahora había más personas. Pero la mayoría estaban ahí sólo por el aire acondicionado. Yo me pedí un batido de chocolate y Malcom un té helado.

- Bien, entonces... -jugueteó con sus dedos. - ¿Max que es tuyo?...

- Max es... -estreché sus ojos en su lugar. - ¿Cómo sabes quién es Max? –pregunté.

- Helena habla demasiado. –dijo, rascando su nuca algo nervioso.

- Es mi niñero y el de mis hermanos. –me encogí de hombros y él asintió, "entendiendo".

- ¿Tuyo?... –asentí. - ¿No crees que estás un poco grande para tener un niñero? –rió.

- Prefiero tener un niñero a cuidar a mis hermanos. –me encogí de hombros.

Escuché la campanilla de la cafetería seguida de unos gritos que conocí cómo los de Tyler. Volteé y efectivamente, mis hermanos estaban allí adentro. Max tenía a Bonnie en el canguro y me miraba con una sonrisa divertida.

- ¿Qué hacen aquí? –gesticulé y él se acercó hasta estar delante de mí.

- Tus hermanos querían unos batidos. –se encogió de hombros, dejando que Bonnie jugara con su dedo. – Hola Malcom.

Volteé hacia él y saludó a Max con un asentimiento de cabeza. Max le compró a todos mis hermanos sus batidos y compartió una dona con glaseado junto a Bonnie.

Se quedaron el resto de mi cita conmigo. En mi misma mesa.

- Lamento que mis hermanos hayan arruinado la cita. –dije, cuándo Malcom me dejó en mi casa. Él me sonrió.

- Descuida, me gustan los niños. –se inclinó y me sonrojé ante la cercanía. Supuse que iría a besar mi mejilla y por eso corrí mi cara.

Pero había notado que quería besar mi boca y no, no lo besaría.

- ¡Adiós Malcom! –grité desde el pórtico. Él sonrió y se metió a su auto.

Suspiré con alivio pero Max estaba delante de mí, con las manos en sus caderas y mirando su reloj.

- ¿Por qué trato de besarte? –preguntó y parecía alterado.

- ¡Y yo que sé! –respondí algo alterada, alzando los brazos. ¿Por qué estaba actuando así? entendía que tuviera celos de que no hubiera ido con él y mis hermanos. Pero, ¿estaría celoso de Malcom?...

- Ve a ducharte y luego baja a cenar. –dijo, mientras se sostenía el borde de la nariz. Lo miré raro. – Lizzy.

Rápidamente lo esquivé, para meterme en mi habitación y darme una ducha.


Niñero. [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora