;;CuArEnTa Y SiEtE ;;

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70k♡ y #32 en novela juvenil ¡MUCHAS GRACIAS!

Apreté los labios al verlo acercarse, Max estaba siendo demasiado caliente. Creo que estoy a punto de desmayarme o ya morí.

¿Es esto el cielo? 

Seguro yo estaba tan embobada que mi rostro le dio risa, porque comenzó infló las mejillas, tratando de contener ésta. Yo estaba lo suficientemente "inconsciente" cómo para que eso no me molestase.

Max se arrodilló delante de mí, haciendo que quedara unos centímetros más alta que él al estar sentada en su cama. Él sonrió y puso sus labios sobre los míos, besando lentamente y mordisqueando mi labio. El impulso de querer poner mis manos en su cuello y atraerlo más a mi cuerpo me carcomía.

Pero yo estaba esposada, por un policía caliente.

¡Dios mío! 

Sus besos bajaron por mi boca a mi mandíbula y mi cuello, dónde besaba y mordía lentamente, para luego lamer sobre las mordidas, dejando un notorio chupetón. O una pequeña marca roja. Sí, usaré bufandas por el resto del verano.

Sentí sus manos en mi cintura, comenzando a dar pequeños apretones y recorriéndola con sus manos, sus dedos tamborileaban, acercándome más a su cuerpo. Yo no podía hacer nada.

Porque les recuerdo, estaba esposada. 

Sentí sus manos subir hasta mi espalda mientras continuaba besando mi cuello, luego pasaron por mis hombros hasta el cuello de mi camisa, y comenzó a desabrocharla lentamente.

   - Eres preciosa, ¿lo sabes, no? –me susurró al oído y yo me sonrojé. –¿Te está gustando tu regalo, Lizzy? – volvió a susurrar, ahora mordiendo suavemente el lóbulo de mi oreja.

No gimas, Elizabeth Brown. No lo hagas, no te conviertas en Anastasia. No gimas, no...

Gemí.

Y eso pareció agradarle, porque soltó un gruñido que me hizo suspirar. Bajó de nuevo los besos, ahora poniendo sus manos a los lados de mis muslos mientras bajaba sus besos de nuevo, ahora por mi clavícula y él inicio de mis pechos. 

Debería ser ilegal sentirse tan bien en estos momentos.

Me removí, quería tocarlo también. Él soltó unas risitas.

- Si quieres que te quite las esposas, debes ganártelo. –habló contra mi piel. Yo apreté los labios.  ¿Tú también quieres marcarme, Lizzy? –asentí con la cabeza y él sonrió, separándose y dándome una vista y acceso perfecto a su cuello.

No dudé y me arrastré para estar má cerca, poniendo mis piernas cerca de él e inclinándome para poder llegar a su cuello, comenzando a dejar un camino de chupetones. El escuchar sus gruñidos en mi oído realmente me ayudaba, porque sabía que estaba gustándole. 

Sentí sus manos deslizarse hasta detrás de mi cuerpo y luego las esposas fueron removidas, de inmediato mis brazos fueron a su cuello y comencé a besarlo. Sus manos fueron a mi trasero y me levantó, haciendo que mis piernas se enredaran en su cintura y mi cuerpo quedara muy pegado al suyo. 

Max caminó hasta apoyarme en el escritorio, tiré algunas cosas para estar más cómoda, mientras sentía sus manos subiendo hasta apartar la camisa, dejándome sólo con el sujetador. Él sonrió con picardía y yo alcé una ceja, aún con mi respiración agitada a causa de los besos y... bueno, lo anterior a que me quitaran las esposas.

Tomó una de mis manos y la puso en su cuello, con él guiándome, bajó por su hombro hasta su pecho y abrí los ojos cómo platos cuándo llegué a su abdomen, pude ver que estaba mordiéndose el labio. Yo turné mi mirada entre sus ojos y mi mano cuándo ésta llegó al elástico de sus shorts.

- Hazlo, preciosa. –me susurró en el oído y yo me estremecí, sintiendo una corriente eléctrica recorrerme de pies a cabeza. Me mordí el labio y bajé mi mano hasta su... cosa. Su cosa abultada.

- Vaya, así que tengo este efecto en ti. –susurré, mientras acercaba más su cuerpo a mí al empujarlo con mis piernas enredadas en su cintura. Comencé a hacer un poco de presión y él soltó un ronco sonido.

Un gemido masculino, podré morir en paz. En paz y excitada. ¿Quién más está en mi situación? ¡Diga yo!

¿Enserio estoy haciendo esto mientras estoy tocándole el paquete a mi novio, barra, niñero, barra, policía, barra, caliente?

Volviendo a lo importante. Sentí cómo sus manos serpenteaban en el broche de mi sujetador, me miró pidiendo permiso y asentí con la cabeza, dándoselo. Lo desabrochó con lentitud y lo apartó igual. Mis mejillas estaban teñidas de rojo y no podía estar más avergonzada.

- Eres perfecta, ¿ya te lo había dicho? –me dijo y luego me besó suavemente los labios.

¿Alguien me trae una cubeta con agua fría y hielo? 

¡Llamen a los bomberos, estoy quemándome!

Solté un pequeño jadeo cuándo él sonrió, subiendo su mano hasta uno de mis pechos y comenzando a acariciar lentamente, lo suficiente para que yo me mordiera el labio. Puse mi mano sobre la suya e hice que diese un pequeño apretón, a lo que solté un gemido.

Pude ver que él estaba igual de excitado que yo. 

Y no, no lo digo porque siento su bulto. Pff, para nada.

Volví a mover mi mano sobre su erección, sintiendo sus gruñidos entre el beso. Realmente me gustaba tener ese efecto. Me sentía bien. Me sentía poderosa. Y pues... el poder se esfumaba cuándo yo también gemía o jadeaba entre el beso.

Admito que sentía algo de vergüenza por estar en esa situación. Y con él.

Pero unos segundos después, toda la vergüenza se esfumaba y era reemplazada por placer.

O gemidos. 

7v7

Niñero. [editando]Место, где живут истории. Откройте их для себя