Cap. 27 El Museo

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(Pv Richard)

Verla dormir tan plácidamente en mis brazos es lo más maravilloso que me ha pasado. Su rostro era tan hermoso sin importar sus expresiones, me alegra que al fin pudiera estar tranquila, me sentía horrible viéndola tan cansada con ojeras por la falta de sueño y encima vomitaba muy seguido, al fin mi gatita pudo liberarse de todo ese estrés. Ahora que tenía la aprobación de su familia sentia que me había librado de un gran peso, miré el collar sobre la cómoda y sonreí al ver los detalles tan bien bordados, sin duda fue hecho por una madre amorosa.

- Igual que la mía.

Me levanté y me puse una bata para fumar un poco, tomé el naipe y lo escondí en mi bolsillo ¿Por qué no lo soltaba? ¿Por qué no podía decir la verdad? Pensar que ese maldito objeto fue la causa de mis desgracias. Me senté al borde de la piscina y encendí el cigarro, la pierna me molestaba y sentía el cuerpo tenso...era la señal de todos los años, el día que lo perdí todo.

--Flashback--

Mi madre y yo acabamos de salir del evento en que participé, ella era mi agente y no paraba de abrazarme por mi excelente trabajo, yo sonreía orgulloso sabiendo que con ese dinero podría comprarle a mis abuelos una nueva sede para su panadería cerca de la ciudad. 

Nos subimos al taxi y hablamos de un contrato para una sesión de fotos cuando escuché una voz que reconocí, el hombre que me dio la vida nos secuestró amenazandonos con que le diéramos el naipe, yo no entendía lo que decía y mi madre le gritó que no permitiría que matara a más inocentes o me sacrificara por alguien, en ese momento el hombre aceleró y chocamos con una verja, en cuestión de segundos el auto caía hacia un precipicio directo a nuestra muerte, ella se quitó el cinturón y me abrazó con fuerza antes del impacto...

Ese hombre murió de inmediato, mi pierna quedó aplastada por el asiento del copiloto y mi madre sangraba por todas partes.

- ¡Mamá!- traté de abrir la puerta para sacarla, pero esta no se movió.

- Ri...chard.- ella me miró y sacó algo de su bolsillo.- Toma...esto...destruye...lo...cuando es-tes a...salvo.

- ¿Qué?- era un extraño naipe manchado con su sangre.- ¡Mamá por favor! Me lo das cuando salgamos de aquí.

- Te amo...mi pequeño...estoy orgullosa...de ti.- su voz se apagaba lentamente.- Se feliz y vive....

Su cabeza quedó apoyada en mi pecho, su cuerpo se hacía más frío a medida que pasaba el tiempo, sólo mis gritos de dolor se escuchaban en ese solitario lugar, ella había muerto protegiéndome como siempre, desde aquel día que me sacó de la casa de ese hombre antes de que me golpeara, las noches en vela que pasó buscando trabajos para mi, todo su sacrificio para darme una buena vida se esfumó con ella.

Cuando llegaron los rescatistas yo seguía llorando sosteniendo su cuerpo, tuvieron que sedarme para poder alejarme de ella, al despertar estaba en el hospital con mis abuelos llorando y Macrapé tratando de subirse a la cama para lamer mis lágrimas.

Mi abuelo dijo que había sido un milagro que no muriera, una pierna lastimada no era nada, eso era lo que yo pensaba ¿Que era una pierna cuando había perdido a mi madre? Pasé unos meses en tratamiento y bajo muchas operaciones para salvarla, sólo quedó una cicatriz enorme pero no tenía interés de pasar por el quirófano otra vez por algo estético. Pero entonces al salir del hospital me topé con una cruel realidad, esa cicatriz afectó mi carrera por completo, nadie me contrataba y el dinero que tenía ahorrado lo usaron mis abuelos para salvarme la vida. 

El modelo prodigio había desaparecido, para reunir algo de dinero trabajé en la panadería de mis abuelos para retribuirles algo de lo que gastaron. Sólo mi amigo Josep me visitaba y ayudaba buscando algún empleo, todos los demás me dieron la espalda. 

Los Ases de la Ciudad PokerWhere stories live. Discover now