Capítulo 1: secuestro

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Cuanto màs tiempo pasaba en la parte trasera y oscura del furgón, menos esperanzas tenía de salir con vida.

Notaba saltar las piedras bajo el vehículo con cada bache que cogían y aunque no sabía bien cuantas personas más había ahí detrás, por los sollozos y súplicas que oían a su alrededor sabía que estaba acompañada.

Tenía agarrada al brazo a una de sus cuatro amigas, ellas dos eran las únicas supervivientes del ataque de unos seres con forma de persona que había tenido lugar hacía unos minutos. En realidad Ciara había perdido la noción del tiempo.

-¿Alguien sabe quienes son o a done nos llevan? - Se decidió a preguntar un chico que había en la furgoneta.

No obtuvo respuesta alguna, sólo sollozos y más sollozos. El ambiente estaba tenso, nadie sabía cual iba a ser su siguiente destino.

Por fin paró la furgoneta después de lo que había parecido un eterno trayecto. Las puertas delanteras se abrieron y las diferentes luces repartidas por el vehiculo se encendieron, dejando al descubierto los rostros de todas las victimas que ahi se encontraban.

Un hombre moreno de unos 30 y muchos años se apoyo en la ventana para averiguar donde se encontraban, pero fue un nefasto intento porque las ventanas estaban tintadas.

Con brusquedad se abrieron las puertas traseras, las que daban a parar a donde estaban Ciara y los demás. Todos arrastraron sus culos hacia la pared del futgon todo lo que les fue posible para alejarse de los depredadores.

Se trataba de una mujer morena, de media melena, vestida de negro, con una chaqueta corta de cuero, también negra. Era extrañamente blanca y muy, muy delgada, pero aún así, seguía siendo atractiva.

A la par había un chico, tez escesivamente pàlida, moreno, ojos marrones también, casi negros. Vestía del mismo color que la chica, pero con una camiseta de cuello en pico y un abrigo largo, hasta las rodillas.

El chico dió un tirón al comienzo de la cadena donde estaban atadas las victimas, haciendo que saliesen de la furgoneta. Acto seguído le pasó la cadena a la chica.

- Llevalos a dentro - ordenó él.

Ella tiro de los eslavones con una fuerza desmesurada, provocando la caida de la segunda persona encadenada y haciendo que la primera y la tercera tropezaran por el tirón.

- ¡Vamos! ¡Levanta! - La chica volvió a tirar de la cadena para obligarle a ponerse en pie.

Las noches eran cálidas en el estado de Nevada, pero el terror que se palpaba en el ambiente invadía aquellos insignificantes cuerpos de un frío estremecedor.

La fantasmal muchacha guió a sus presas dentro del edificio. Las brillantes luces del interior del complejo cortaban como un tajante cuchillo, la espesa negrura que lo rodeaba, y a pesar de la sobrenatural naturaleza de aquellos seres, el habitaculo en el que se encontraban parecía de lo más normal. Muebles modernos, sobria decoración. Aquellos habitantes tenían buen gusto y al parecer, mucho dinero.

La cadavérica mujer dejó a sus victimas en la primera sala y sin recitar palabra alguna, se dirigió a otra habitación a través de una inmensa puerta blanca con decoración en oro. Todos estaban sumidos en sus pensamientos, en qué les ocurriría, si volverían a ver a sus familias.

El chico joven que se encontraba en última posición, detrás de Cia y su amiga, corrió hacia la puerta por donde habían entrado segundos antes, obligando a todos sus compañeros de aventura a seguirle. Tomó los pomos de oro entre sus manos, unidas por el pesado metal, y forcejeó por un momento. Empujó la franja dnde se encontraban las dos puertas com su hombro, poniendo toda su fuerza en ello, y también propinó una patada, pero nada podía volver a abrir aquello.

- Es imposible - comunicó el muchacho a sus acompañantes.

Todos buscaban minuciosamente a su alrededor algo con lo que poder abrir los grilletes que les unían.

Una tercera puerta de la enorme estancia se abrió, apareciendo tras de sí la chica que les había conducido hasta allí. Esta vez tiró de ellos hasta otra sala más oscura y lugubre.

Había una separación por un telón de lona roja como la de los teatros y dos luces que apenas daban para poder ver por donde caminaban y no chocarse unos con otros.

- Tú - indicó la mujer a la primera chica que había encadenada, liberandola de ese frío y pesado hierro - entra.

La indefensa mujer obedeció la orden y desapareció tras la lona. Los demás esperaban aterrados su desconocido destino.
Al otro lado de la estancia se escuchaban varias voces siguiendo una conversación en otra desconocida lengua.
Las cortinas se volvieron a separar, esta vez para tragarse a la segunda presa de la cadena.

- ¿Qué crees que hay ahí dentro? - preguntó Esmeralda a Ciara.

- Ahora lo veremos - respondió la segunda intentando ocultar el temor en sus palabras.

La blanquecina mujer abrió esta vez los grilletes de Ciara y le arrastro del brazo hacia el otro lado.

- Esme - susurró la chica con una terrible sensación en sus ojos, mirando a su amiga sin saber lo que podía esperarle.

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Holii, gacias a todos los que empecéis a leer esta historia y espero que os guste y la continuéis. Hacedmelo saber con votos y comentarios :) ¿Qué creeis que les ocurrira a Ciara y a los demás?

Ciara en multimedia :)

Espero veros en el siguiente capítulo. Besitoooooos <3 <3 <3

Heartless | #Wattys2016Where stories live. Discover now