015.

64.8K 9K 7K
                                    

— De verdad haz cambiado... Ya no tienes la cara de niño bueno con la que te conocí.

Cuando Jungkook se planta en la sala de reuniones donde Kim Taehyung lo estaba esperando aquello es lo primero que escucha y se siente extraño. Semanas atrás se hubiese enfadado demasiado con aquel comentario que hubiese sido capaz de mandar a sacar de inmediato al chico, pero ahora todo parecía diferente o al menos así se sentía apenas accedió hablar con uno de los amigos más cercanos de Jimin.

— Supongo que el tiempo no pasa en vano —le contesta al chico—... Dime, Taehyung. ¿A qué haz venido?

El chico estaba de pie frente a el paseándose suavemente de lado a lado. Parecía bastante serio y Jungkook se sintió nervioso. Últimamente parecía que no estaba siendo el dueño de las situaciones que seguían apareciendo en su vida y eso le hacía mostrarse muy inseguro.

— Solo a hablar —aclara de inmediato como si no fuese la gran cosa—. Tu llegada me ha provocado un montón de dudas y me gustaría tener una perspectiva clara de lo que esta sucediendo.

Jungkook asiente. Habían muchas cosas pasando por su cabeza y esperaba que aquello no se notase demasiado.

— ¿Tiene que ver con Jimin, no?

Taehyung suelta una risita triste antes de asentir de vuelta. Parecía que ambos no sabían por donde empezar al haber tanto que decir y tomo al manos unos minutos para que la conversación comenzara.

— ¿Ministro, no? —Pregunta el chico mirando directamente el crucifijo que llevaba en el cuello— Creo que ninguno de nosotros nos esperábamos algo así cuando supimos que regresaste.

Jungkook menea la cabeza de arriba hacia abajo de forma afirmativa mientras deja descansar su cuerpo contra la pared de concreto que tenía en un costado.

— Estuve en la escuela sacerdotal cuando me fui de la ciudad... Mis padres siempre lo quisieron así y fue una oportunidad que no se le da a todo el mundo. Fui asignado aquí cuando quedaron sin Ministro y no me pude negar...

Iba a continuar con la historia, pero Taehyung de inmediato le interrumpe.

— ¿Es lo que tu querías?

Aquella pregunta era tan común para él, aunque jamás la decía en voz alta. Ese cuestionamiento lo guardaba para discutirlo en sus sueños junto con la eterna duda de qué pasaría con su vida más adelante. Era difícil responder algo así, sobre todo ahora que todo lo que alguna vez creyó parecía estar desmoronándose justo frente a sus ojos. ¿Que si era lo que quería? Mejor le hubiese preguntado si era lo que necesitaba en ese momento para escapar de lo que había sucedido y allí hubiese respondido con un rotundo sí.

— Podrías verlo así —responde de forma dudosa y Taehyung puede notarlo. Es ahí cuando Jungkook ve claramente como sobre el rostro del chico se forma una mueca de la más pura decepción.

— ¿Sabes? Al menos quería hallar una explicación con eso... Que estuvieses haciendo todo esto porque de verdad era el camino que querías para ti... Pero ni siquiera esa decisión la tomaste tú, sino tus padres. Me pregunto a mi mismo cuanto tiempo se puede llevar un circo así sin morirse por dentro. ¿Qué dices, Kook?

Dolía porque Taehyung sabía encontrar las palabras correctas para hacerle sentir completamente infeliz. Bueno, ya no podía ocultarlo. Era infeliz, lo estaba siendo desde que había subido al tren hacía cinco años y lo seguía siendo a pesar de que se pintaba cada día sobre el rostro una máscara que mostrase a un chico realizado y dueño de tanto su presente como su futuro. Definitivamente el a un comerciante, se especializaba en vender una mentira a todo aquel que le viese caminando en el mundo.

Pecado ◆ Kookmin ; 국민जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें