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A veces le gustaba crear diversos escenarios en su mente que se alejaran lo más posible a su realidad general. Se dedicaba a inventar dimensiones en las que él era completamente libre de prejuicios y opresiones. Perdía el tiempo imaginándose a sí mismo teniendo una familia, muchos animales y una casa enorme donde todos se reunían. Las fantasías cambiaban, a veces se veía a si mismo en la figura de un médico respetado que disfrutaba ayudando a las personas, en otras ocasiones imaginaba que había sacado una maestría y enseñaba en una escuela pequeña por amor a los niños, o simplemente terminaba fantaseando que era el dueño de un pequeño negocio que llevaba una vida tranquila y sin mayores problemas. La única cosa que no cambiaba en todos esos sueños era que no estaba solo, sino que contaba con la compañía de la única persona que le aspiraba a querer un futuro mejor.

Jungkook quería estar con Jimin por siempre, por eso acepto los anillos sin dudarlo ni un poco.

El rubio ahora dormía plácidamente sobre la almohada que estaba a su lado y Jungkook se dedicaba a observar como el pecho de este subía y bajaba indicando que estaba profundamente entregado a algún sueño que su mente le había preparado para descansar. Le gustaba la forma en que las cejas de Jimin se relajaban mientras dormitaba, como si con solo eso todas las preocupaciones que le opacaban se fuesen sin dejar rastro. Allí, justo frente a sí mismo, estaba la parte de Jimin más frágil, la que no le mostraba al resto del mundo porque se rompería en mil pedazos si lo hiciera y esa era la parte que Jungkook deseaba proteger a toda costa. Quería ser el escudo de ese chico que dormía tranquilamente a su lado, aquel que no tuvo oportunidad de ser feliz ni siquiera durante la infancia.

A pesar de que dentro de sí se sentía pleno porque ahora podía estar al lado de la persona que amaba después de haber cometidos tantos errores que los llevaron a separarse, la tristeza y enojo no le dejaban en paz. Doyoung había muerto. El único amigo que había hecho durante su camino como ministro y que le había apoyado una vez que despertó de la pesadilla tóxica en la que se encontraba atrapado ya no estaba en este mundo y era culpa de nada más y nada menos que de su padre. Eran todos esos sentimientos combinados los que le mantenían despierto a esas horas de la noche después del largo día que había tenido. No se veía capaz de conciliar el sueño porque su alma no estaba tranquila. Sentía que cada minuto que pasaba era tiempo perdido dejando que su progenitor anduviera libre por las calles sin pagar por todos los crímenes que llevaba a su espalda y ya era tiempo para que todo terminase de una vez, Jungkook sabía que debía enfrentarlo.

Para eso debía llevar a cabo el plan que tenía en mente, pero no quería que Jimin fuese parte de él. 

A pesar de que había hablado, tanto con el rubio como con Seokjin, de lo que habían planeado con Doyoung se había guardado detalles bastante importantes de la operación, porque quería ambos chico se mantuviesen lo más alejados posible de su padre. Antes era capaz de subestimar al hombre y otorgarle el beneficio de la duda, pero ya no podía hacer semejante estupidez. El señor Jeon no dudaría ni un segundo en tomar la vida de ambos y por eso el único que se iba arriesgar sería el mismo, eso lo había decidido mucho antes siquiera de volver a encontrarse con Jimin y el hecho de que ahora hubiesen vuelto a estar juntos no cambiaba nada. 

Remediaría todo lo que hizo mal sin poner en peligro a nadie más. Debía ser el escudo de Jimin.

A pesar de que ya tenía en su poder una confesión del matón que ocupo su padre para no ensuciarse las manos, sabía que eso no sería suficiente para inculparlo de forma definitiva. Es por eso que debía conseguir una última prueba, una que fuese tan clara que cuando llamasen a la policía para entregarla nadie dudara de lo que decían. Además, debía ser lo más cuidadoso posible. Era una de las únicas oportunidades con las que contaba para detener a su padre, si no funcionaba el hombre sabría que iban tras él y de seguro ocultaría cualquier pedazo de evidencia que pudiesen usar a su favor. Cada paso debía ser pensado minuciosamente antes de darlo, porque cualquier falla podría significar si por fin los días oscuros en la ciudad terminarían o si simplemente todo seguiría el mismo orden tóxico de antes, dejando impune a un hombre que había llevado muchas vidas consigo.

Pecado ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora