020.

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— Deberías despertar amigo, hay mucho por hacer aún... Y te necesito para ello.

Su mano estaba sobre la de Taehyung haciendo círculos con los dedos. Se sentía triste al ver a su amigo tirado en esa camilla como si se tratara de un simple maniquí. ¿A eso se reducía todo? ¿Esperar que en algún momento pudiese despertar para saber quién había sido el mal nacido que le hizo daño de esa manera? ¿Es que no había otra alternativa? 

Jimin se sentía ahogado.

A su alrededor las cosas que había construido con ayuda del paso del tiempo parecían estar desmoronándose. Creía que ya tenía todo resuelto y que ahora le quedaría solamente avanzar hacia un futuro más resplandeciente, lejos del ambiente tóxico que alguna vez fue el propio. Pero mientras más pasos daba para dejar todo atrás, más cosas malas le pisaban los talones recordandole que su vida nunca fue fácil y nunca lo sería.  Eran momentos como esos en los que deseaba no haber existido, porque  a pesar de que seguía nadando contra la corriente, que el mismísimo destino ponía en su contra, jamás veía resultados ni cambios que significaran paz para su vida.

Se restriega la cara con las manos. Tampoco a dormido bien. Las pesadillas con recuerdos dolorosos siguen provocandole insomnio y apenas si puede mantenerse de pie sin que esa sensación de que sigue soñando le invada por completo. Aún había mucho por hacer, pero no se sentía capaz de nada.

—Oye Jimin, se nos hace tarde. Debemos ir a preparar el desfile.

Jin pone la mano sobre su hombro y Jimin solo puede asentir sin decir nada. Hoy era el desfile para luchar por los derechos de las minorías sexuales. A pesar de que junto con la organización estuvieron trabajando durante mucho tiempo para la llegada de esta fecha, ahora parecía que solo era un peso más sobre sus hombros. ¿Cómo concentrarse en ello cuando Taehyung era quien había sido el que prácticamente organizo todo? Jimin podía ocuparse de los permisos y demás temas administrativos junto a Seokjin, pero Tae siempre fue el alma creativa detrás del proyecto. Verlo en una cama el día más importante para la comunidad que habían construido le hacía sentir completamente miserable.

—Lo sé, solo quería pasar un tiempo más con él —responde para luego respirar de manera profunda— ¿Ya están preparándose los carros?

— Todos están posicionados esperando que lleguemos —Seokjin se coloca cerca de la cama y aprovecha de acariciar la cara de Taehyung—. Es raro saber que no estará allá perdiendo los nervios y gritando por todos lados para que todo salga perfecto... Pero estoy seguro de que no nos perdonaría si no nos hacemos cargo de lo que tanto le costó construir...

Jimin intentaba pensar de esa manera, pero de todas formas nadie podía negar que se trataba de una de las cosas más injustas que la vida les ha echo. Con un pequeño beso en la mano de su amigo inmóvil se pone de pie con ayuda del bastón e intenta alejar cualquier sentimiento de culpa para concentrarse en todo lo que le tocaba hacer ese día. 

— Apenas termine el desfile volveremos a verte y contarte todo, Tae —susurra y comienza a caminar—. Vamos, Seokjin. Es hora de poner en marcha nuestro desfile.

Sale de ahí intentando que la imagen del rostro de Jungkook deje de molestarle. Lo odiaba. Lo odiaba mucho.






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— ¿Ahora qué piensa hacer? —pregunta Doyoung mientras persigue a Jungkook a través de las calles de la ciudad— Todos deben estar preguntándose por qué no ha echo la misa aún.    

Pecado ◆ Kookmin ; 국민Where stories live. Discover now