023.

59.6K 8.5K 6K
                                    

La gente grita, las calles están llenas de miedo y ambos no hacen otra cosa que avanzar hacia el peligro.

No saben en qué momento sucedió, ni si hay heridos. Lo único que quieren es saber qué ha pasado y quienes son los responsables. Jimin avanza a paso rápido a pesar de que su pierna le duele y Jungkook puede notarlo, por eso sin preguntar toma al chico del brazo para apoyarlo en sus hombros y servirle de soporte para conseguir avanzar más rápido en dirección contraria a la muchedumbre.

Se miran unos segundos y luego siguen avanzando.

Mientras que la mayoría de las personas se alejan corriendo de los carros alegóricos ellos van en dirección opuesta, tratando de llegar al carro principal que dirigía el desfile. Apenas pueden respirar y todo empeora cuando Jimin siente un dolor estremecedor en su pierna y grita fuerte en el oído de Jungkook. 

— ¡Mierda!

Tuvieron que parar cerca de un poste. Jungkook sabía que no podían perder tiempo por lo que obligó a Jimin que se sentara.

— No puedes seguir avanzando así, Jimin. Yo iré a ver que ha pasado y volveré a buscarte. ¿Está bien?

Hace poco se odiaban a muerte y no podían soportar estar en la misma habitación. Muchas veces Jimin se dijo a si mismo que pensar que eso cambiaría no era otra cosa que vivir en un montón de sueños tontos. Sin embargo, ahora, estaba allí junto a Jungkook y a pesar de que la parte cuerda de su cerebro seguía gritando que no debía confiar en él, su corazón iba contra la corriente, igual que ellos, dejando claro que le entregaría su alma entera sin pedir nada a cambio a Jeon Jungkook si fuese necesario.

— Debes ver donde han puesto la bomba y asegurarte que la gente de la organización esta segura. Todos los que trabajan con nosotros llevan camisas verdes con el logo. Por favor, también busca a Seokjin, esta vestido de Drag... Necesito saber que está bien. 

Jungkook asiente y antes de irse le da un pequeño beso a Jimin en la frente.

— Volveré pronto, por favor no te muevas de aquí.

Y así siguió su camino con Jimin mirando como se alejaba. El rubio quedo allí maldiciendo a su pierna por no dejarle asistir a sus compañeros ahora que algo malo había pasado. Se sentía inútil, pero a la vez sabía que era lo mejor. Jungkook llegaría más rápido y podría prestar mucha más asistencia que él en ese estado. Cuando la figura del chico desaparece entre el mar de personas sus ojos se dirigen directamente al cielo anaranjado teñido por el atardecer y sin pensarlo dos veces susurra:

— Si de verdad existes, Dios y lo me lo trajiste nuevamente... Por favor no me lo arrebates más... Cuídalo... Cuida a Kook.




  • • • 


  


La iglesia parecía mucho más silenciosa de lo normal. Esperaba no ver a nadie para poder sacar sus cosas tranquilo y sin sospechas. La verdad era que Doyoung estaba nervioso, muy nervioso. Sus manos le temblaban ligeramente y sudaban un poco. Algo dentro de sí mismo le decía que estaban jugando con fuego y que era imposible no quemarse en el proceso. Por eso lo mejor era salir de la iglesia en donde había vivido por años para no volver jamás. Así que fue directo a su recamara y con el mayor silencio posible comenzó a empacar todo lo necesario. Jungkook ya le había dicho que no volvería y que había dejado su sotana sobre la cama esperando que alguien captase el mensaje. 

Pecado ◆ Kookmin ; 국민Where stories live. Discover now