Inefable [EunHae +18]

Capítulo 54

Se agachó, imitando lo que el mayor hacía cuando trabajaba y acarició el botón con suavidad. A través de la pantalla cuadrada en la cámara, ajustó la escena. Hyukjae, sentado en un banco, con el parque de fondo y mirando el móvil en sus manos, con las gafas de sol caídas sobre la nariz y las piernas cruzadas. Sonrió antes de fotografiarlo.

Al ver que no se había dado cuenta, se mordió el labio.

—Oye, Hyuk —lo llamó. En cuanto el aludido alzó la cabeza para mirarlo, le sacó otra foto.

—No te la he dejado para que juegues.

Se irguió, moviendo la cámara en el aire.

—No estoy jugando. Hago lo mismo que tú: sacar fotos a personas.

—Como sea, devuélvemela.

Donghae estiró los labios con decepción, pero obedeció. Se sentó a su lado y le quitó las gafas de sol para ponérselas él, cruzarse de brazos y observar el paisaje mientras su novio revisaba la cámara.

Estaban en un parque alejado de casa, después de que Hyukjae terminase una sesión fotográfica para un bautizo. Normalmente estaba ocupado trabajando o se quedaba con Amber, Kyuhyun e incluso con Sora, pero era 18 de septiembre, era sábado y no había querido desperdiciar la oportunidad de pasar su segundo "mesversario" juntos.

Había sido​ divertido ayudar a Hyukjae con las cosas. Ayudarlo a colocar el trípode o encontrar el lugar con mejor luz, hablar con la madre del bebé y jugar con el hermanito de cinco años que se creía todo un adulto por ser el hijo mayor. Había sido genial cuando la mujer les había dicho que eran una pareja adorable y Hyukjae había respondido con un "gracias".

Después de aquello, le había pedido la cámara a Hyukjae mientras caminaban agarrados de la mano, le había besado mismosamente la mejilla y había conseguido el "está bien, pero no la rompas" después de un húmedo beso con las manos ajenas apretándose en su trasero lascivamente. No tenía preparado nada especial para celebrarlo, pero posiblemente improvisar una excitante sesión de sexo sería suficiente.

Lo miró de reojo mientras pensaba. Seguro que Hyukjae estaba pensando lo mismo.

Se dejó caer hasta tener la mejilla sobre su hombro. Vio las fotos del bautizo, todas preciosas, incluso las que Hyukjae había sacado sin que la familia se diese cuenta. Vio las que él había sacado del paisaje, esa de Hyukjae bebiendo agua apoyado en la pared, la de Hyukjae pasándose una mano por el pelo, la de Hyukjae dándole la espalda... Había sacado tantas fotos del mayor que parecían no tener fin.

—Menos mal que le he puesto una tarjeta de memoria nueva antes de salir —resopló.

Donghae rió satisfecho.

—No las borres —dijo, poniendo una mano sobre la pantalla—. Son mi obra de arte.

—Sí, bebo agua de forma artística.

—Oye, ¡que eres tú el que siempre está sacándome fotos sin que me dé cuenta!

Se puso las gafas sobre la cabeza y lo miró fijamente. Sabía que tenía razón. Hyukjae no tenía motivos para quejarse por alto que él hacía continuamente.

—Pero yo soy fotógrafo —se inclinó sobre él— y tú eres un corderito idiota.

Donghae jadeó con falsa indignación al verle reír. Puso las dos manos en su pecho, frunció el ceño y fingió que estaba enfadado al hablar.

—Cuando tenga mi cámara y estemos en Alaska, te sacaré más fotos de las que me has sacado tú en cinco meses.

Dicho esto, le sacó la lengua de forma infantil.