Inefable [EunHae +18]

Planeando [Parte 1]

Su móvil no dejaba de sonar. Los mensajes llegaban sin parar tanto por Twitter como por Instagram, aunque más por este último, en el que ni siquiera podía entrar de tantos comentarios que le estaban dejando en su última foto. De vez en cuando lograba distinguir algo en las notificaciones; la gente estaba casi más emocionada que él.

Tuvo que reiniciar el teléfono para poder entrar a la aplicación, donde el contador de notificaciones se había hartado de funcionar y le mostraba un número cualquiera acompañado del símbolo más. Expectante, cruzó las piernas y se metió en la última foto que habían subido a su cuenta compartida. Una foto de ellos dos brindando frente a la puesta de sol, con una frase que dejaba bien claro lo que había pasado: "He said yes!"

Había dicho que sí.

Miró de reojo el anillo y se mordió el labio para no gritar. A su lado, Hyukjae conducía sin apartar la mirada de la carretera mientras sus labios se movían silenciosamente al son de Bruno Mars.

Donghae también estaba feliz. A pesar de que habían publicado la foto a las tres de la mañana y de que no había podido pegar ojo en toda la noche, estaba feliz. A pesar de que se había retorcido en la cama pensando en los invitados, en cómo sentaría a la gente, en quién los acompañaría en la mesa de los novios, en si debía o no invitar a su familia materna, estaba feliz. Porque él ya no pensaba en su madre. Quizás sí en Jeno, en su tía o en su fallecida abuela, pero no en su madre. Ya no.

Ahora tenía a su padre y a la adorable Ángela, a su hermano Donghwa, a sus sobrinos Rose, Donghae Junior y Jisung, a sus cuñadas Lily y Sora, a Kyuhyun, a Ryeowook, a Yesung, a Amber, a Aguafiestas, a Maeri y a Hyukjae. Ahora tenía una familia perfecta. Y se había puesto a llorar como un niño al darse cuenta de que casi todos habían participado en la pedida.

Casi todos porque Donghwa y Lily todavía no lo sabían.

Estaban a dieciséis de noviembre, lo que le hacía sentirse mal por haber guardado la noticia durante un mes entero, tanto para su hermano como para sus fans. Pero tenía una buena explicación para ello. Para empezar, Hyukjae había hecho un trato con Yesung y éste les había dejado pasar lo que quedaba de octubre en Escocia. Habían paseado por Edimburgo, había acompañado a su prometido hasta el bar en el que J. K. Rowling comenzó a escribir Harry Potter, había oído a Kyuhyun chillar envidioso desde el otro lado del teléfono y le había comprado un kilt a Ryeowook. También había sacado tantas fotos que había tenido que comprar dos tarjetas de memoria, una para su cámara y otra para la de Hyukjae. Y, por supuesto, habían hecho el amor casi cada noche hasta quedarse dormidos.

A pesar de planear anunciarlo en noviembre, una vez estuvieran en casa y pudieran asimilar que millones de personas iban a interesarse por su matrimonio, al final habían llegado a la conclusión de que podían aguantar un poquito más sin decir nada. Pero esa noche, justo un mes después de decir que sí, al oír cómo Hyukjae le susurraba que lo amaba creyendo que estaba profundamente dormido, Donghae había decidido que quería compartir su felicidad con el mundo.