Capítulo 59

19.8K 1.5K 1.2K
                                    

Después de comerse las tortitas, beberse el zumo y sonarse la nariz muchas veces, Donghae dejó que el mayor saliera para dejar las cosas en la cocina. Se tumbó de nuevo, tapado hasta la barbilla, acurrucado bajo el caliente edredón. Sonrió.

Al fin...

Y se quedó dormido de nuevo, cosa que le dio mucha rabia cuando despertó y vio la silla vacía frente a él. ¿Cuánto tiempo había malgastado? Ahora que por fin podía estar con él, ¿por qué había tenido que cerrar los ojos? Se los frotó mientras fruncía los labios.

Se tumbó boca arriba, intentando averiguar inútilmente cuánto tiempo había dormido. Necesitaba un reloj o un teléfono. Se giró hacia el otro lado para mirar la ventana. Pero seguía lloviendo, el cielo seguía oscuro y era demasiado difícil entender si era por la mañana o por la tarde. No habría malgastado todo un día, ¿verdad?

Gruñó contra la almohada.

Abrió la boca para maldecir. Solo un gemido salió de ella y pataleó, hundiendo su cara en la almohada con frustración.

A pesar de todo, se encontraba mejor. Mucho mejor. Se encontraba como siempre que se constipada, con mocos, dolor de garganta, le lloraban los ojos y solo le apetecía estar acurrucado bajo una manta viendo una película con Hyukjae. Como en verano pero apretados para alejar el frío del cuerpo ajeno. Había soñado mucho con eso antes de que todo lo malo ocurriera. Por fin iba a ser capaz de hacerlo realidad.

Se levantó despacio, alegrándose al no sentirse terriblemente mareado. Dobló los dedos de los pies cuando el frío del suelo lo recorrió entero. Se frotó los ojos con las mangas de la camisa y tomó la caja de pañuelos, usando uno para sonarse mientras avanzaba por la habitación arrastrando los bajos de los pantalones. Tuvo que tirar de la cintura varias veces para que no se le cayeran.

Salió al pasillo de la misma manera, sufriendo lo mismo con cada pocos metros que avanzaba hasta llegar a las escaleras. Se rascó la nariz, notando el cosquilleo que la recorría, echó la cabeza hacia atrás y estornudó. Se sonó otra vez. Gimió agotado. ¿Podía sentarse en las escaleras a descansar antes de continuar?

No, se dijo a sí mismo. Ahora que volvían a estar juntos, quería recuperar el tiempo perdido.

Bajó peldaño a peldaño muy lentamente, con miedo de tropezarse, caerse y terminar de fastidiarla. ¿Cuántas veces había estado a punto de morir en menos de dos días? Suspiró.

Llegó abajo sano y salvo. No se fijó demasiado en la casa. Solo giró hacia la izquierda porque escuchaba voces, así que supuso que estaría allí. Tampoco sabía si vivía alguien más en esa casa, pero estaba dispuesto a arriesgarse. ¿Qué podía perder?

Volvió a estornudar una y otra vez en el camino. Cruzó un salón vacío y un pasillo muy iluminado aunque sin nadie que lo apreciara. Estaba subiéndose los pantalones otra vez e intentando no quebrarse con otro estornudo cuando vio a Hyukjae mirándolo junto a una nevera.

Se sonó con fuerza la ya irritada nariz y se rascó los ojos. Y esa era su forma de saludarlo por mucho que le molestara. Debía de verse horrible.

El sonido de una cámara aceleró su corazón.

Ver a Hyukjae apuntándolo con su teléfono, le calentó todo el cuerpo, ruborizándole el rostro. Formó una sonrisa en los labios, disfrutando al oír el sonido otra vez.

—¿Puedes hablar? —fue lo primero que preguntó Hyukjae después de guardar el móvil en sus pantalones. Donghae negó, así que éste continuó— Además de idiota, mudo...

Donghae jadeó. Luego se echó a reír sin poder evitarlo. Y, como no, terminó hecho un lío de estornudos, tos, mocos y pantalones que le amenazaban con caer al suelo. Dejó la caja de pañuelos a un lado para poder tirar de la cintura del pijama hasta tenerlos casi por el pecho. ¿Pero cuántos kilos había podido perder en tres meses?

Inefable [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora