Capítulo 67

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—No es... bueno, sí, es guapo, pero es el hermano de mi cliente, no voy a enrollarme con él.

—No te molestaste cuando Hyuk empezó a acostarse conmigo y también era el hermano de vuestro cliente.

—¡Pero es diferente, Hae!

—¿Por qué?

La pregunta dejó a la chica pensando y balbuceando durante un rato. Mientras, él siguió con lo que estaba haciendo: preparar la comida para los pescadores en el barco del señor Carter. Era veintiocho de diciembre, lo cual significaba que pronto iba a llegar gente en busca de pescado que cocinar para las cenas y comidas del último día de ese año y el primero del siguiente. Montones de barcos y pescadores habían salido a buena hora de la mañana a hacer su trabajo, entre ellos Hyukjae, Kyuhyun y Ryeowook, junto al abuelo de éste. Él era el único que se había quedado porque era el único que sabía cocinar. ¿Quién le habría dicho que iba a terminar así cuándo casi había destrozado el estómago de Hyukjae en la piscina?

Estaba orgulloso de ello, enfundado en un abrigo enorme, encerrado en una pequeña cocina y escuchando como su "cuñadita" intentaba hablarle de un atractivo treintañero desde Suiza. Todo iba viento en popa.

—Piénsalo. Nadie conocía a Hyuk, pero a mí sí me conocen.

—¿Por qué le buscas cinco patas al gato?

Dejó la cuchara de palo dentro de la olla y se limpió las manos en el delantal que llevaba atado a la cintura. Se acercó al móvil y estuvo tentado de quitar el altavoz para llevárselo a la oreja, pero tenía media hora para preparar las verduras y necesitaba las dos manos. Así que le subió el volumen y tomó una zanahoria y un cuchillo.

—No quiero que me despidan. ¿Sabes cuánto dinero van a pagarme? —gimoteó— Pero está tan bueno...

Donghae se echó a reír. Intentó ayudar a Sora con su dilema todo lo que pudo, le dio todas las soluciones que pasaban por su cabeza, pero ella las veía todas mal o con un final catastrófico y no llegaron a ninguna conclusión. Al final decidieron cambiar de tema y repasaron la receta para asegurarse de que lo estaba haciendo bien. Gritó sin controlarse al saber que así era.

Siguieron hablando mientras ponía la mesa para catorce personas en la cubierta del barco. Vasos, platos y cubiertos de plástico, servilletas de papel con un ancla en el centro y una nevera portátil llena de latas de bebida. Estaba todo listo cuando volvió a bajar para apagar el fuego.

—Entonces... ¿me acuesto con él o no?

—Sí, hazlo —respondió con cansancio.

—Pero...

—Sora, está bien ser impulsivo de vez en cuando.

La hermana de Hyukjae suspiró.

Donghae curvó una sonrisa. El doctor Baek estaría orgulloso de él.

Después de una cariñosa despedida, ambos colgaron. Él se metió el móvil en un bolsillo de los pantalones de Hyukjae, estiró los brazos sobre la cabeza y olisqueó el aire. Aunque había pasado varios meses sin cocinar, no se le había olvidado lo aprendido. Y seguía sintiendo esa emoción y ese orgullo en el pecho cuando veía la buena pinta que tenían esos platos y pensaba en lo mucho que los iban a disfrutar los pescadores cuando volvieran, hambrientos y cansados.

Se palmeó contento el delantal. Sacó el móvil de nuevo e hizo varias fotos de la cocina para no olvidar nunca ese momento.

—Tal vez debería hacer un curso de cocina —murmuró en voz baja.

—Me comería un camello ahora mismo — voz de Kyuhyun lo hizo saltar. Se giró rápidamente en su busca, pero no lo vio, por lo que supuso que se encontraba en la cubierta.

Inefable [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora