Capítulo 1

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San Francisco, California

(3 años después...)

Se fue, llevándose mi corazón sin importarle si me hería. Se fue, dejándome sin nada y con el alma destruida. Se fue y aquí estoy, todavía intentando olvidarla.
Tormentosa pasión, Nathaniel Proulx


Reproducir: You know I'm no good — Amy Winehouse.

Cierro los ojos luego de leer mi frase favorita e inhalo oxígeno por mis fosas nasales. Luego vuelvo a abrir los ojos y sigo leyendo las frases anotadas en mi cuaderno, con ganas de volver a leer "Tormentosa pasión" pero desgraciadamente lo está leyendo Delta. Hago una mueca cuando escucho su bocina impaciente, como si la hubiera llamado con la mente. Agarro mi bolso y salgo de mi casa, reprimiendo unas cuantas blasfemias hacia mis dos únicas mejores amigas.

¿Por qué dejé que me arrastraran a esto?, pienso con fastidio mientras cierro la puerta con llave. Las meto en mi bolso y volteo a ver a las pesadas que se hacen llamar amigas. Ambas me esperan impacientes y emocionadas, sin dar crédito todavía a lo que estamos por hacer. No, no vamos a robar un banco, ni hacer una falsa llamada a la policía, simplemente vamos a ir de shopping.

—Átala al asiento antes que se le ocurra cambiar de idea —exclama Delta cuando entro a su coche.

Siento la fragancia a limón del auto y suelto un suspiro, llenándome de ese aroma. Amo el perfume a limón, pienso mientras me abrocho el cinturón todavía con los ojos cerrados.

—Ya cambié de parecer pero si lo digo, América me va a asesinar porque hice que se despertara temprano —comento recostándome en el asiento.

Delta se ríe mientras se pone sus lentes de sol con marco rojo y luego se recoge su cabello castaño con mechas rosas. América me guiña un ojo cuando me escucha, se está pintando sus labios de un color rosa chicle demasiado llamativo pero en su piel blanca queda perfecto.

—Todavía no puedo creer que te convencimos —comenta América cuando Delta apaga el motor en el estacionamiento subterráneo del shopping.

Mis amigas arrastran mi cuerpo hacia los locales y sé que fue una pésima idea pedirles ayuda. Aceptar la caridad de Delta Anderson y América Thompson, es como cavar tu propia tumba. Claro, si eres una persona como yo que odia la ropa linda, ir de compras, el maquillaje y todo lo que tenga que ver con arreglarse para una cita.

Esta es una terrible, pésima e incómoda idea, pienso mientras Delta me tiende un vestido rojo ajustado en el cual se olvidaron —accidentalmente a propósito— de agregar más tela.

—Este es hermoso —comenta ella con una sonrisa y prácticamente me empuja al vestidor.

Clavo los talones de mis zapatillas de lona sobre el suelo porque no pienso siquiera probarme esta monstruosidad que seguramente me hará ver como una zorra. Soy Dylan, la niña que nació con gustos de niño, ¿por qué pretende cambiarme por completo?, pienso mientras la esquivo para ver qué tiene América para mostrarme.

—Esa ropa dice no soy rápida, soy urgente —la regaña a Delta mientras le quita el vestido y lo vuelve a colgar donde estaba.

Al fin una de mis amigas usa la razón, pienso suspirando aliviada porque no quiero que Frederick Martin piense todo lo contrario a lo que soy. Sí, puede ser que esté un poco desesperada pero eso se debe a que nunca he tenido un novio y todas las citas que tuve, acabaron en desastre.

Mi problema favorito #1 [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora