Capítulo 33

7.4K 517 77
                                    

Reproducir: Take me to churchHozier

Mi nombre es Dante, o lo fue en algún momento. Creía en el amor y en las personas. Creía en la felicidad eterna. Ahora no creo en nada. Ni siquiera en mí.
Tormentosa pasión, Nathaniel Proulx.

¿Te pusiste a pensar alguna vez que la vida pasa delante de nuestros ojos sin que nos demos cuenta? ¿O que a nuestro alrededor pasan cientos de cosas en un minuto? Deberías intentarlo. Agudizar tus cinco sentidos y observar lo que hay en estos momentos. La televisión de fondo, algún familiar estornuda, pasa un mosquito y se posa en la pared, todo en menos de un minuto. Incluso puedes escuchar qué hay más lejos, como los pájaros cantando en el árbol más próximo a ti o algún conductor que hace sonar su bocina, probablemente enojado o tal vez pasando a buscar a alguien. Es increíble las cosas maravillosas que nos perdemos en un minuto, por el simple hecho de dar por sentado todo lo que la vida nos da porque creemos que todo es eterno y lamento informarte que no lo es, aunque probablemente ya lo sepas, solo que no eres consciente de la inmensa magnitud de esa verdad.

¿Alguna vez imaginaste cómo sería tu vida si hubieras tomado ciertas decisiones? ¿Cuánto hubiera cambiado o te hubieran cambiado tus acciones? Yo nunca lo he pensado, siempre supe que decir, qué hacer, qué pensar... Hasta ahora. A veces me gustaría volver a ser pequeña, en el momento exacto en el que la decisión más importante era si quería helado de chocolate o de limón, donde la única consecuencia de esa decisión era que no iba a comer el otro sabor de helado. Hoy no tengo esa opción y probablemente jamás la vuelva a tener. Las vidas no son sabores de helado, aunque eso me podría facilitar mucho las cosas. El tiempo ya no es solo un horario que hay que respetar o sino mis padres se enojarán. Y las decisiones no se resuelven con un ta-te-ti espontáneo o lanzando una moneda al aire. De la noche a la mañana me convertí en una adulta y no una cualquiera, me obligaron a tomar decisiones que afectarían mi estilo de vida después y aunque quisiera retomar esa antigua vida, jamás volvería a ser la misma de antes porque yo ya no soy la misma que solía ser. Sé que después de esto elegir un presidente será pan comido. Ser adulta a la fuerza te hace ver el mundo con otros ojos, lo ves todo desde otra perspectiva muy distinta. Ya no quieres las mismas cosas que antes y aprendes a vivir con precaución, tratando de hacer el menor daño posible porque un "lo siento" muchas veces no es suficiente. Se puede comparar con las veces que pisaba baldosas rotas después de una lluvia, tenía que ir con cuidado porque un paso en falso el agua sucia arruinaría mi ropa y Pauline era muy exigente con mi impecable aspecto... Siempre lo fue.

La voz de Nicholas discutiendo con todo el mundo apenas la percibo. Veo a mi padre en cámara lenta asegurándose que la policía se lleve el cuerpo sin vida de Elliot. Pierre y Carlos hablan con varios hombres, señalando los edificios que se encuentran alrededor. Todos corren apresurados, todos observan todo con cuidado. Mi respiración se encuentra calma y puedo escuchar mis latidos que poco a poco se van acelerando. Comienzo a respirar de manera irregular, aunque intente calmarme. Diez minutos, me repito en mi cabeza una y otra vez. Inhalo. Piensa Dylan, piensa. Exhalo. Son diez malditos minutos y no es un sabor de helado. Inhalo. No quiero morir. Exhalo.

—Dylan —me llama Nicholas interrumpiendo mis pensamientos. Se pone delante mío, pero todavía sigo concentrada en todo lo que tengo alrededor, en todas las personas que quiero y en todas las responsabilidades que tuve en tan poco tiempo. ¿Habré tomado las decisiones correctas? ¿Qué me asegura que pronto no se convertirán en una gran bola de nieve que me noqueará sin previo aviso? Inhalo. No quiero morir. Exhalo—. Dylan reacciona —ruega poniendo ambas manos en mis mejillas, tomándome el rostro con delicadeza.

Mi problema favorito #1 [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now