Capítulo 16

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Reproducir: Serious love — Anya Marina

Pierre abre la puerta del gimnasio privado de Nicholas y me invita a pasar. Detrás entra María con varias botellas de agua y un par de toallas.

—No me parece que sea buena idea —comenta María rascándose la palma de las manos—. Pierre, que no se lastime o el señor Petrov nos cortará la cabeza —murmura nerviosa al ver que mi guardaespaldas se está cubriendo los puños con unos guantes deportivos. Me pasa otro par para que me los ponga y mientras me los abrocho, él prepara el saco de box.

—María, tranquila, necesito esto —le aseguro y ella no parece muy convencida—. Prometo que será una leve clase, pero necesito que Pierre me enseñe a defenderme. —Ella asiente rendida y me mira con compasión. Sale del gimnasio, no sin antes dedicarle una mirada de advertencia a Pierre que pone los ojos en blanco al verla.

—Bien, empezaremos con calentamientos de músculos y luego continuamos con algunas reglas —informa y frunzo el ceño cuando escucho calentamiento—. Corra sobre la cinta —me ordena señalándome con la cabeza, la máquina que está cerca del ventanal.

—¿Qué? —pregunto incrédula y una risita sale de de mis labios porque lo considero una buena broma.

—Quería que le enseñara y yo hago las cosas bien, señorita Hall —me informa y vuelve a apuntar el aparato con la cabeza.

Protesto y me subo a la cinta. Él aprieta un botón y comienzo a caminar sobre ésta. A medida que pasan los minutos va aumentando la velocidad, al igual que mis pulsaciones y mi sudor. Luego de quince minutos, termino el calentamiento y me enseña algunas reglas básicas sobre defensa personal. Lo primero que me explica es que debo utilizar el peso de mi atacante en su contra. Al ser delgada y no muy alta, cree que soy más rápida para los movimientos, así que me pide que trate de reaccionar lo más rápido posible. Me muestra las técnicas y me asegura que el golpe más efectivo es en los genitales. Luego de media hora de instrucciones, me pide que comencemos a practicar, mi puño queda suspendido cuando escucho que alguien abre la puerta.

Volteo y me encuentro con un Nicholas bastante molesto, que entra como un torbellino en el lugar. Tiene ropa deportiva y parece que irradia malhumor por todos lados. Sé que sabe lo de mi escapada y el posterior ataque, lo que me pone más incómoda.

—Déjanos solos —ordena a Pierre sin decir ni siquiera un por favor.

Pierre asiente y sale del gimnasio sin pensarlo dos veces. Cierra la puerta detrás de él y comienzo a sofocarme al quedarme a solas con Nicholas.

—Estaba enseñándome —le informo y voy por una botella de agua, pero su mano se cierra alrededor de mi muñeca, deteniéndome—. ¿Qué quieres? —pregunto enfrentándolo. No estoy preparada para que me diga lo estúpida que fui por comportarme como una adolescente normal que quiso ayudar a sus amigas.

—¿Te das cuenta que por un capricho casi te secuestran? —pregunta molesto—. Eres una irresponsable —me acusa entre dientes.

—Sí, ya sé que escaparme fue un error y para tú información ya le pedí disculpas a Pierre —le informo irritada—. Ahora si no te molesta, mi guardaespaldas estaba enseñándome a defenderme.

Nicholas me suelta la muñeca y comienza a caminar por el lugar. Busco mis cosas y camino hacia la puerta porque es obvio que la clase se ha arruinado.

—Te enseñaré yo —comenta con total naturalidad.

Freno en seco y volteo lentamente hacia él, con el ceño fruncido. Lo encuentro poniéndose los guantes deportivos.

—¿Qué? —pregunto confundida—. ¿Tú qué podrías enseñarme? —pregunto cruzada de brazos.

—Sé defensa personal, Dylan. Un hombre que es amenazado a muerte varias veces en su vida, debe aprender a defenderse.

Mi problema favorito #1 [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now