Capítulo 34

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Reproducir: Helium - Sia

—Tienes que descansar un poco, Dylan, siéntate y María te prepara un té. —Es la quinta vez en el día que escucho lo mismo, cambian las palabras, cambia el interlocutor, pero sigue siendo el mismo mensaje. Esta vez es Natalie la que intenta sonar tranquilizadora, pero no funciona y no funcionará nunca.

—Aquí está el té de hierbas —avisa María entrando con una bandeja. Mi madre toma la taza y se sienta a mi lado para que beba. Me ha tratado como una niña pequeña que no tiene movilidad propia desde que la encontré entre la mata de polvo.

—Bebe, cariño —murmura alcanzándome la taza y si no la tomo con mis propias manos, estoy segura que me dará el té con una cuchara.

Tomo la taza y dejo que las yemas de mis dedos se calienten, pero están heladas, dudo que una taza de porcelana caliente pueda surtir efecto en mi cuerpo que permanece como si no tuviera vida. Sigo teniendo frío, incluso con la calefacción prendida y con la manta que trajo América de mi habitación. Ya no siento dolor, tal vez debido a que estoy en estado de shock. Soy consciente de lo que pasa a mi alrededor, pero por más que quiera no puedo reaccionar. Siento un vacío inmenso en mi interior, muy parecido a cuando tengo mucha hambre, pero la verdad es que tengo el estómago cerrado.

América, Delta y Aria hablan con Natalie, tratando de distraer a mi cuñada con algún tema banal. Dakota llevó a sus hijos a ver una película porque la pequeña Lydia no dejaba de preguntar por su "tito Nick" y ninguno sabía qué responder. Su marido y Dustin están abajo hablando con el personal de seguridad que quedó en el edificio, mientras Christopher sigue en la estación de policía con Pierre, asegurándose de encontrar a los responsables y con la esperanza de hallar a Nicholas. Sophie tuvo una reacción que me sorprendería si no estuviera prácticamente en estado vegetativo. Se ha encerrado en la cocina a cocinar toneladas de comida para todos, prácticamente despachó a María y a Rita de la cocina, tal vez con la esperanza de poder llorar sola y ocupar su mente, pensar en algo más que no sea en esta situación angustiosa. Me gustaría poder hacer algo para mantener mi mente ocupada, pero nada funciona, ni siquiera jugar con Lydia que siempre puede sacarte una sonrisa con solamente mirarte. Cada vez que me levanto o hago un movimiento, me fatigo. El médico me dijo que a pesar de ser secuestrada y torturada, mi estado físico es bastante estable, pero tuvieron que ponerme suero durante tres horas porque estaba un poco deshidratada.

Tres horas... Tres horas han pasado desde que ocurrió lo de la bomba y pareciera que ocurrió hace una eternidad, tal vez porque desde que mi corazón se fue con ellos, el tiempo ha dejado de existir para mí. Me falta una parte, una parte esencial para seguir viviendo como antes y es que cuando pierdes a personas importantes para ti, todo cambia, todo se vuelve de un extraño matiz y miras las cosas de manera diferente. En este momento puedo ver que he perdido demasiado tiempo enojándome con ellos. Estaba en mi derecho, por supuesto, pero pasé la mayor parte del tiempo odiándolos y perdí tiempo valioso, tiempo que no volveré a tener. ¿Cómo se recupera ese tiempo perdido? Si hubiera alguna manera, nadie sufriría las pérdidas de los seres queridos porque sabría que pronto los volvería a ver aunque sea por un escaso momento. No tengo esa opción, nadie la tiene y es por eso que me arrepiento de no haber disfrutado de los momentos valiosos, de no saber perdonar a tiempo, de dejar que el rencor me consuma y me aleje de esa oportunidad de decir lo que siento sin tener miedo a que me rompan el corazón una vez más.

—Dylan, ¿por qué no vas a descansar un rato? —sugiere Delta cuando termino a duras penas la taza con té.

Mis párpados pesan, pero quiero mantenerme despierta por si hay alguna nueva noticia sobre mi padre y Nicholas. Necesito saber que todo va a estar bien, que lo ocurrido solo será un feo recuerdo que me hará replantear mi manera de vivir la vida y que en cualquier momento las puertas del ascensor se abrirán, Nicholas y mi padre saldrán de él cansados pero llenos de vida.

Mi problema favorito #1 [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora