O C H O

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Capítulo ocho

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Capítulo ocho.— Persecución    

— ¡Maldita hija de perra! —el ardor recorre parte de mi cuello hasta mi mejilla izquierda. Eliana acababa de abofetearme. Aprieto los dientes intentando reprimir las ganas de devolverle el golpe. 

  — Tendrán el dinero mañana — y sin decir una sola palabra más, salgo del lugar. 

Me aseguro, una vez más, de dejar comida y agua suficiente para el sustento de Lobo

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Me aseguro, una vez más, de dejar comida y agua suficiente para el sustento de Lobo. Confiaba, además, que Healy le diese un poco más de ser necesario. Al salir, el aire frío me golpea con fuerza, mi cuerpo se estremece a reacción pero no me permito detenerme, a cambio, acomodo el tirante de la valija que cuelga sobre mi hombro derecho y cuando me siento lista para comenzar a caminar, el claxon de un auto llama mi atención. Frente a mi veo el audi negro que Collin me había prometido que vería por la mañana, cuando viniesen por mí, la ventanilla del copiloto desciende lentamente y por ella veo el rostro del rubio que con gestos me indica subir al coche, sin renegar trepo, el coche se pone en marcha y es cuando puedo observar mejor que no veníamos solos, atrás venían un par de hombres más.

— Ellos son Adam y Tadeo, nos acompañarán el día de hoy —explica Collin sin apartar la vista del frente, ambos hombres se limitan a saludar con apenas un movimiento de cabeza, yo por mi parte permanezco callada. El ambiente es silencioso, apenas si puedo escuchar los murmullos que provienen de la radio, subo un poco el volumen cuando una canción empieza a entonar.

— Toma la desviación hacía Bridgeport —Collin obedece y toma la desviación sin protestar nada. Tenía cierta corazonada de que el imbécil de Reich hubiese pasado a tomarse un descanso al Heaven.

 Tenía cierta corazonada de que el imbécil de Reich hubiese pasado a tomarse un descanso al Heaven

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