Capitulo 6

2K 131 6
                                    



Algo molesto me impide seguir aferrada a mis sueños. Hago un nuevo intento, pero cuando veo que no funciona, mi giro sobre mi costado, sin embargo, de un momento a otro, siento como la cama desaparece y termino impactando contra algo rígido que me hace soltar un quejido. Abro los ojos, pero los cierro inmediatamente cuando una luz me encandila. Al parecer ese fue el motivo de mi despertar.

-Veo que eres bastante amante del suelo, hace apenas dos días que te conozco y ya te vi abrazándolo tres veces-

Cuando reconozco esa voz ronca y odiosa, me llevo el codo a los ojos para cubrirme de la luz, mientras los recuerdos de la madrugada regresan a mi mente: Yo negándome a la oferta de dormir en la habitación de Matías; yo sentándome en las sillas del hospital; yo luchando para no dormirme; Nicolás arrastrándome por los pasillos; nosotros llegando a la habitación del rizado; yo volviéndome a negar; Nicolás sentándome en un pequeño sofá que se sentía muy cómodo; yo reposándome en él; yo…, yo despertando por la luz que ingresa a través de la ventana.

-Oye ¿Piensas seguir durmiendo en el suelo? Porque se ve poco higiénico-

-Cierra la boca- digo con la voz ronca y luego escucho una risa que distingo como la de Nicolás. No pasa mucho hasta que siento unas manos debajo de mis brazos que me obligan a levantarme -¡Hey! ¿Qué haces?- me quejo, aunque no hago ningún esfuerzo por detener a la persona que me levanta, tengo tanto sueño, que ni siquiera abro los ojos. Lo único que quiero es que me dejen dormir tranquila.

-Vamos, castaña, Matías ya tiene el alta, es hora de irnos-

Suelto unos manotazos al aire, para liberarme de sus brazos, y cuando me vuelve a dejar sobre el sofá, me vuelvo a acurrucar.

-Me alegro por él, ahora solo déjame dorm… ¡No! ¡Bájame!- abro los ojos, despabilándome de cualquier rastro de sueño, mientras Nicolás me carga sobre su hombro y me empieza a sacar de la habitación, ignorando olímpicamente mis reclamos -¡Bájame!- vuelvo a gritar, esta vez golpeando su espalda, pero sigue avanzando mientras escucho su risa.

Avanza a través del pasillo conmigo sobre su hombro, mientras se despide amablemente de las enfermeras o doctores que va cruzando en el camino ¿Acaso a nadie le importa que me está cargando como un costal?

-Hola- una voz aniñada a mi lado, me indica que Matías va con nosotros. Estoy por responderle desde mi singular posición, cuando sus palabras me interrumpen -¿Eso que tienes ahí te lo hiciste con la caída de anoche?- trato de ver cuál de todos los golpes es el que señala, pero no lo logro.

-¿Cuál?-

-Ese- dice y yo contengo las ganas de soltar un bufido de frustración.

-No alcanzo a verlo, Mati, pero luego me lo preguntas, cuando tu hermano se digne a bajarme-

No sé cuánto tiempo pasa hasta que la brisa golpee la piel expuesta de mi cuerpo y mis pies vuelvan a tocar el suelo. Lo primero que hago cuando logro recuperar el equilibrio, es empujar a Nicolás, obligándolo a dar unos pasos hacia atrás, ganando distancia entre ambos.

-¿Qué parte de “Bájame” no entra en tu cabeza?-

Levanta las manos en señal de paz, pero sin borrar su sonrisa de lado.

-Bien, bien, solo que no podías seguir en ese lugar y te veías muy lejos de despertarte por las buenas- cierro los puños con fuerza, para reprimir las canas de borrarle esa estúpida sonrisa burlona, hasta que Matías interrumpe nuestro duelo de miradas.

-¿Ahora si me dirás cuando te lastimaste?- me quedo unos segundos en silencio, sin saber a lo que se refiere, hasta que recuerdo la pregunta que me hizo en el pasillo del hospital.

Tu pasado, mi tormento|✔Where stories live. Discover now