Capítulo 10

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-¿Esta maquina es tuya?-

El asombro de Dante, hace que el ego de Lucas aumente y yo ruede los ojos. Los tres nos encontramos parados frente a un auto rojo brillante, que aparenta ser nuevo y costoso.

Dante parece emocionado y no deja de girar a su alrededor, mirando todos los detalles como si de tratara de un niño frente a una juguetería.

Hace ya unos quince minutos que salimos de la feria y el reloj debe marcar cerca de las once de la noche. Lucas estuvo con nosotros todo el tiempo y, aunque al principio las cosas entre él y Dante estuvieron bastante tensas, el correr de las horas los fue uniendo hasta convertirnos en algo así como "amigos". Aunque Lucas parecía ser un pesado, terminó siendo bastante agradable su compañía. Incluso cuando llegó la hora de irnos, él se ofreció para llevarnos en su auto y así evitarnos pedir un taxi. Así es como ahora nos encontramos frente al auto de Lucas.

-¿Y a ti que te parece?- me pregunta el castaño que se encuentra parado a mi lado. Miro el auto y me encojo de hombros.

-Es lindo-

-¿Solo "lindo"?- pregunta como si lo que acabara de decir hubiese sido una horrorosidad.

-Sí, es lindo, ahora vamos, que quiero llegar a casa-  hago un ademán de ingresar al auto, pero toma mi codo y me impide continuar -¿Que?-

Lucas dibuja una sonrisa.

-Aún te debo un helado ¿Lo olvidaste? Podemos aprovechar para tomarlo en alguna heladería y de paso podemos salir los tres a un club- propone, pero yo niego con la cabeza.

-Hoy no, quizás podamos hacerlo el fin de semana que viene ¿Te parece? Ahora mismo solo quiero darme una ducha, comer algo y acostarerme a dormir. La caminata en la feria me dejó echa polvo y mañana tengo que entrar a trabajar a las ocho- mi explicación parece convencer a Lucas, porque asiente.

-Será el sábado próximo entonces y esta vez no aceptaré excusas- dice con tono serio, mientras me apunta con el dedo.

-¿No era que solo estabas con nosotros porque tu mamá te obligaba? Me parece que lo de hoy tuvo que ser suficiente para que te devuelva tu tarjeta ¿O acaso te has encariñado con nosotros?- pregunto con burla antes de montarme al asiento del copiloto. Lucas rodea el auto hasta el asiento frente al volante.

-¿Que puedo decir? Tu amigo sigue sin caerme del todo bien y tu sigues siendo igual de irritante, pero no puedo negar que la tarde no estuvo tan mal, así que sí, ya les tomé algo de cariño, solo espero que no lo arruinen ¿Sí? Tengo solo dos amigos, sientanse afortunados de que los deje entrar en mi vida, muy pocos tienen la oportunidad- estoy por responderle con algún comentario para molestarlo, pero Dante me interrumpe cuando abre la puerta de atrás e ingresa al auto.

-¿Acaso me pensaban dejar?- se queja y Lucas le da vida al motor.

-Ganas no me faltaban- murmura por lo bajo y no puedo evitar una sonrisa apenas perceptible.

Durante el trayecto, Dante se encarga de llenar el silencio con preguntas que Lucas se encarga de responder con todo el acopio de su paciencia. En su mayoría, son referidas al "lujoso y magnifico" auto.

-¿Donde vives?- le pregunta el castaño cuando el rubio le da un respiro.

-Son dos cuadras derecho y luego tres a la izquierda- dice y luego vuelve con su largo listado de preguntas. En todo ese tiempo decido mantenerme al margen porque no entiendo mucho y apoyo mi cabeza en el cristal mientras las calles de la ciudad van quedando atrás.

-Es aquí- dice luego de unos minutos y el auto se detiene. Cuando miro el lugar con más detalle, me encuentro con un alto edificio. Al parecer vive en uno de los departamentos. La idea de vivir en uno siempre me pareció tan emocionante como aterradora. Estar ahí, a varios metros del suelo, pero al mismo tiempo ver todo desde lo alto..., no sé.

Tu pasado, mi tormento|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora