Capítulo 33

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-¿Cómo se llama?- pregunta Miranda mientras acaricia la pequeña cabeza del minino.

-Anacleto- respondo con naturalidad y la pelirroja no puede ocultar la sorpresa en su mirada, aunque rápidamente la camufla con una sonrisa forzada.

-Oh, que nombre… ¿Original?- dice con clara dificultad y entonces suelto la carcajada, haciendo que Miranda me mire confundida.

-Era broma, Miru, no sería capaz de condenarlo con un nombre así, en realidad se llama Carter, tampoco es el mejor nombre para un gato, pero Lucas no quiso que se lo cambie, sino también había pensado en “Corchete”-

-Gracias al cielo que seguiste el consejo de tu amigo- dice con alivio y veo como de repente algo cambia en su mirada.

Hace unos minutos que llegó a casa, luego de enviarme un mensaje para que nos reuniéramos. Primero propuse ir a alguna plaza, pero ella dijo que hacía mucho calor, entonces propuse la idea de ir a una heladería, pero volvió a oponerse y cuando dije de ir a su casa, ya que aun no la conozco, me confesó que acababa de pintarla y que todo es un caos de papeles manchados de pintura cubriéndolo todo y muebles amontonados. Así fue como terminamos en esta situación: amabas sentadas en el sofá de mi casa, con Miranda acariciando a Carter y yo cambiando canales en busca de algo interesante.

-¿Dónde está tu hermanito?-

La pregunta de mirada es simple, incluso hasta puede considerarse inocente, pero hay algo en sus palabras que me resulta erróneo, como si las estuviese soltando con una doble intención.

-Pues…- me remuevo incomoda en mi lugar, sintiéndome ridículamente intimidada por sus grandes ojos verdes que hoy parecen algo más fríos de lo normal ¿Qué me pasa? Es Miranda –Él…está bien- sigo sin despegar la mirada de la pantalla del televisor, que justo ahora proyecta las imágenes de unas remodelaciones en el hospital al que, hace tres meses atrás, acompañé a Matías luego de haber chocado la noche del día que lo conocí a él y a Nicolás. Es increíble como las cosas se modificaron en noventa días. Primero desconocidos, luego algo bastante cercano a conocidos y ahora desconocidos otra vez, solo que con recuerdos en común.

-¿Romina? ¿Estás bien?- la voz de Miranda me regresa a la realidad, al aquí y ahora.

-¿Qué? Sí ¿Qué pasó?- pregunto algo desorientada, no sé cuantos segundos estuve perdida en mi mundo, pero espero que no hayan sido demasiados.

-No sé. Dímelo tú, parecías en pausa, como perdida en algún recuerdo lejano- deja de acariciar a Carter y me mira con detenimiento -¿Ocurre algo? Puedes decírmelo, no voy a juzgarte- le devuelvo la mirada de la misma forma y me debato unos segundos entre soltarle la verdad que me está matando o dejar que todo siga por el curso que lleva. La última vez que vi a Nicolás, que fue hace apenas unos días atrás, cuando tuve la mala suerte de cruzármelo en el departamento de Sebastián, me pidió que, por favor, no le dijera a nadie de su ubicación. Mentiría si dijera que sorprendió, porque la verdad es que ya nada me sorprende de Nicolás Méndez. Es una caja de pandora y ya lo tengo asumido, aunque eso no significa que me resulte indiferente. Aun tengo una gran curiosidad por saber qué es lo que oculta, la inquietud me viene persiguiendo desde el primer día que lo vi, pero es su vida y él debe tener sus motivos.

-¿Y?- Miranda levanta una ceja al hablar. Asiento, aunque no sé muy bien porqué y vuelvo la mirada a la pantalla del televisor. Ahora muestran la imagen de un accidente entre una moto y una bicicleta a pocas cuadras del supermercado que frecuento. Es un canal local, que cumple la función de radio y televisión en algunos horarios y solo televisión en otros. Este es uno de los horarios del noticiero.

-Pues…- empiezo, con intención de desviar el tema en otra dirección, pero mi voz se corta, deja de salir, como si algo, de modo inconsciente, quisiera que compartiera mi secreto –En realidad Matías no es mi hermano- en cuanto dejo salir esas palabras, un peso, que ni siquiera sabía que existía, desaparece de mis hombros y las demás fluyen solas –Para ser sincera, lo único que sé de él, es su nombre y su edad, nada más-

Tu pasado, mi tormento|✔Where stories live. Discover now