Prólogo.

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Nunca pensé que podría ver a alguien así.

El día que me di cuenta que esta chica extraña estaba sentada en mi aula, fue el día en el que empecé a observarla de rato en rato.

¿Cómo podía estar sola todo el tiempo?

Nunca la veía conviviendo con alguien. Siempre estaba sola, agarrando un libro. No necesitaba de nadie. Sólo de ella y sus libros.

¿Quién era?

En ese instante me pregunté cómo se llamaba, pero no me animé a preguntárselo. ¡Qué vergüenza! ¿Cuántos años habrá estado aquí? Y recién me enteraba de su existencia.

Ella levantó su cuaderno y logré ver su nombre escrito en él.

Valeria.

Notas a mi Muerte.Where stories live. Discover now