Treita y uno.

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El hombre se sentó en la mesa que le correspondía.

- Disculpe la tardanza, su señoría. - Dijo el abogado del padre de Valeria.

- Sabe que la puntualidad es muy importante en estos asuntos, pero bueno, empecemos. Claudia Dumas. - leyó la juez. - ¿A quién demandas y por qué?

- Demando a mi padre, Kevin Carter,  por ser la causa del suicidio de mi hermana menor, Valeria Carter.

- Tengo entendido que tú no eres una Carter, eras Rivas, ahora, gracias a tu apellido de casada eres Dumas.

- Si su señoría, a mis dieciocho años, escapé de mi hogar, me cambié de apellido.

- ¿A qué se debe eso?

- Antes de explicarle exactamente por qué escapé, le explicaré lo que sucedía en mi hogar. Soy huérfana de madre, mi madre se quitó la vida, porque mi padre... - Levantó un dedo señalando a su padre. - Abusaba sexualmente de mí, y de mi hermana menor.

Las personas que observaban el caso empezaron a murmurar, se escucharon gemidos de indignación y de asombro.

- Orden. - pidió la juez, golpeando la mesa con su martillo de madera. - Continúa, por favor.

- A mis dieciocho años de edad, Kevin quiso ingresarme a un prostíbulo, me negué, y abusó de mí en frente de mi hermana menor, ella sólo tenía siete años. Seguido de esto, escapé. Cambié mi apellido a Rivas, para que no me encontraran, decidí buscar una nueva vida, y conocí a mi actual esposo, Max Dumas.

- ¿Quién mantuvo a Valeria? - preguntó la juez.

- Al conseguir trabajo, empecé a enviar dinero a la unidad educativa del pueblo en el que vivíamos, como donante anónimo. Cuando Valeria terminó la primaria, tuve que hacer que fuera a la casa de nuestros abuelos en esta ciudad. Aquí empecé a pagar la secundaria igual como lo hacía con la primaria. Kevin abrió su propio prostíbulo. Dejó en paz a Valeria, pero, venía de vez en cuando a violarla. La embarazó y, por esto, ella se quitó la vida.

Las personas empezaron a murmurar otra vez.

- ¿Qué exiges? - preguntó la juez en seco.

- Justicia. - la gente empezó a aplaudir. - Cárcel para Kevin Carter, por violador, por violar de sus propias hijas, y por tener un prostíbulo ilegal.

- Kevin Carter. ¿Cómo responde a la demanda?

- Su señoría. - dijo con un tono grave de voz. - Mi hija... Yo no abusé de ninguna de las dos, y no tengo un prostíbulo. Las dos chicas, mis hijas, me abandonaron. - El público empezó a abuchearlo. - Mi esposa no se suicidó, murió de paro cardíaco. No sé el porqué de la decisión de Valeria. - Se quedó callado unos segundos. - Sospecho que tuvo algo que ver con ese chico que está en la banca de los testigos... - me apuntó con su dedo índice.

Claudia estaba a punto de levantarse, pero su abogado la obligó a quedarse sentada. La gente ahí dirigió su mirada hacia mí. Qué idiota era ese hombre. Ahora lo odiaba más que nunca.

- ¿Y quién es el muchacho de la banca? - Preguntó la juez.

- Es mi testigo, su señoría. - Dijo Claudia.

- Puede pasar.

- Mi cliente no acabó de dar su versión de la historia. - dijo el abogado de Kevin.

- ¿Ah, no? A mí me pareció suficiente. - respondió la juez.

Me levante de la banca.

- Buenos días su señoría.

- Buenos días. ¿Quién eres?

- Mi nombre es Sebastian Díaz. Tengo diecisiete años. Fui compañero de Valeria en la secundaria, y su único amigo. Ella no tenía amigos, pero me acerqué a ella.

- ¿Ella te hablo de su infancia?

- No lo hizo, no quería hablar de su pasado ni de por qué vivía sola. Hasta que se suicidó. Ella dejó una serie de notas que yo recogí, las cuales me llevaron a Claudia, así la conocí. Ella me explicó lo que había pasado en la infancia de Valeria.

- Pero ninguna nota confirma lo que supuestamente hizo Kevin. ¿Verdad?

- Algo así, hay algo que Claudia no pudo averiguar porque ella no podía demostrar que era familiar de Valeria.

- Dígame qué es. - insistió la juez.

- Le daré esta nota, es la última. Léala. - me acerqué a la juez, mientras sacaba la nota que había guardado en el bolsillo de mi jean negro. Se la di, ella desdobló el papel, y se puso a leerla.

Después de un minuto leyendo la nota levantó los ojos hacia mí.

- Necesito comprobar si esta nota la escribió ella.

- Traje la carpeta con los exámenes del último semestre de Valeria. - dijo Claudia. Salvándome de algo que no sabía cómo comprobar. Claudia se levantó y acercó a la jueza la carpeta.

- Si, es su letra. - confirmó la juez después de un momento verificando. Me miró a los ojos. - Tuviste relaciones sexuales con ella.

Me sonrojé. Eso no tenía que salir al aire.

- Eh... Sí.

- ¿Usaste protección?

Mierda, mierda, mierda...

- No...

- Entonces hay la probabilidad de que tú seas el padre.

- ¡Sebastian! - Exclamó mamá, y se puso a llorar.

- Su señoría. - dijo Claudia. - Valeria dice en la nota que papá la embarazó.

- Lo sé. Pero debo estar segura de eso. Harán una prueba de ADN. Hasta eso, suspendo el caso. Por favor, lleven a Kevin Carter a la cárcel por estos días. Este es un caso especial, así que haré que los resultados salgan lo más antes posible. Yo los convocaré.

Mierda, mierda, mierda...

Claudia me miró a los ojos, y asintió con la cabeza, como un gesto de "tranquilo, tú no eres el padre".

Fui con mamá, ella seguía llorando.

- Mamá...

- No me hables Sebastian. Pensé que al acostarte con Valeria te cuidaste. Pensé que habías usado protección.

- Nunca pensé que lo haría...

- ¡Pero lo hiciste! ¡Deberías haber pensado!

Me quedé callado, ella seguía llorando, y así fue toda la noche.

Me haría la prueba al día siguiente, y mamá no me apoyaría más si yo era el padre.

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Al día siguiente, fui solo a hacerme la prueba, y al volver mamá siguió ignorándome.

No sabía si estar preocupado, o confiar en la nota de Val, en que ella ya estaba embarazada antes de que lo hiciéramos.

Notas a mi Muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora