Epílogo.

36.9K 2.8K 512
                                    

Es el último día de colegio en mi vida.

Así es, terminé la secundaria. Terminé el colegio, y sí, pasó un año del asunto con Val. Pero ella sigue en mi corazón.

No la olvidé, y jamás lo haré.

Conseguí una beca en una universidad privada, me tenía que ir de esta ciudad en dos meses más. Estudiaré Ciencia Forense, y conseguiré una licenciatura en Justicia Criminal.

Mi sueño es llegar a ser detective. Es gracias a Val, y a sus notas.

Por suerte, mamá conoció a alguien, empezó a salir con mi profesor, el Dr. Harrinson, todo va muy bien, y ahora la noto feliz, con vida, pero sé que siempre amará a papá, siempre lo tendrá en el corazón, así como yo tendré a Valeria en el mío.

"Fuiste muy joven y tuviste que sufrir tanto, lo que yo sufrí, pero yo era mayor" me dijo mamá, en el aniversario de la muerte de Val.

Estuve sufriendo tres meses más desde que terminé el libro. Desde que le dije adiós.

¿Les ha pasado que sienten un vacío, un hueco en el pecho, que no los deja estar tranquilos? Eso es lo que sentía yo en ese momento. Todos dicen que debes dejar ir esas cosas que no te hacen bien. Pero ¿Cómo podría hacerlo, si alguna vez esa cosa fue lo que mejor me hacía, lo que me dio los mejores momentos en esta corta vida que he llevado hasta ahora?

Acabar el colegio es sólo una pequeña parte de tu vida. Aún tenía que vivir muchas cosas, y hacer caso a Val en el asunto de "abrirme" era exactamente lo que tenía que hacer.

Hubo un tiempo en el que pensé que jamás la superaría. Que jamás volvería a ser feliz.

Pero logré decir adiós.

¿Cómo la dejé ir? Un día me di cuenta de que no puedes detenerlo, no puedes evitar que algo que tiene que pasar, pase. Me di cuenta que sucedía lo inevitable, dejaba de sufrir poco a poco, día a día. Comencé a repararme, a aceptar que se había ido.

Duele aceptar que perdiste a una persona que amas. Pero lo haces, tarde o temprano, lo haces.

A veces una persona logra llenar una parte de tu corazón, a veces una parte muy grande, y cuando esa persona se va, por algún motivo, deja un vacío en esa parte, pero, ¿Qué hay de la otra parte? Siempre la vas a tener, disponible para seguir amando, para seguir queriendo.

Sólo necesitas hacer que el vacío que dejó la otra persona, no duela, y empiece a sanar.

Yo no iba a olvidar a Valeria, pero su perdida ya no dolía, sólo importaba lo que habíamos vivido.

Logré cumplir lo que sea ella quería. Para mí, Valeria Carter seguía siendo la chica misteriosa y linda que conocí en el penúltimo año de colegio.

¿Cómo podría decirle a Valeria Carter lo que sentía? Que nunca olvidaré la primera vez que la vi, la primera vez que le hablé, ese día en el Big Mall cuando estaba sentada fuera de la librería con tus libros nuevos, nunca olvidaré el día que derramamos nuestras tazas de chocolate caliente en su alfombra, ni la primera vez que me dijo te quiero, ni la última vez que lo hizo, en la puerta de mi casa, la última vez que la vi respirar.

Ahora sigo con mi vida, sigo adelante, porque Valeria, tú me diste motivos para no tener miedo de lo alto que puedo llegar.

Gracias por todo.

Te amo.

Notas a mi Muerte.Where stories live. Discover now