Las Cadenas Del Deseo. [Ziall]

Capítulo 18.

-Zayn-

"Mientras alguien te recuerde, siempre existiras, más allá de tu forma física; más allá de la muerte"

Una semana.

Ese era el tiempo que tenía hasta que fuera la siguiente revisión en grupo.

Ese lapso se había acabado.

Tenia fe en que saldríamos de aquí.

Hoy era, el día en que hoy trataría de hacer lo posible para salvar a Niall. Había visto y analizado a cada uno de nos guardias, y había notado algo que los diferenciaba, en el hombro izquierdo tenían una pequeña placa, en la que habia escrita un numero, y con esto empecé a contarlos, había desde el numero 1 hasta el 52, eso quería decir que había 52 guardias en todo el edificio; era una tropa pequeña, pero sigilosa para una secta secreta como esta. Lucas también me contó que individualmente tendría una revisión y así fue, pero esta vez no vi a Niall, solo me sirvió para revisar el lugar, lo cual por el número de pisos que conté, eran 9 plantas y 2 subterráneos. En aquella revisión solo se dedicaron a analizar mis pensamientos de una manera vaga, no pude ver a mi padre, ni a nadie conocido, el que me atendió fue uno de mis maestros y eso me hizo caer que quizás estaban en uno de los pisos de arriba.

Eso era extraño.

La ultima vez que vi a Niall era jueves y hoy también lo era, sabía que la revisión seria hasta el atardecer, no habíamos salido de nuestra celda para nada, a excepción de las revisiones individuales. Esto me sirvió para planificar muy bien lo que iba a hacer. También, por lo que pude oír de los guardias, es que había una sala donde se encontraba todo el armamento posible y quizás y ahí tenían mi maletín. Debía recuperarlo, a como diera lugar. A pesar de toda la estrategia que había planificado, todavía tenía una inmensa duda.

¿Como sacaría a Niall?

El era distinto, cruel y frío. Si Niall de comportaba así, me sería más difícil hacer que reaccioné, aun así tenia que intentarlo, era mi única oportunidad. Quería recuperar a aquel dulce ángel, que siempre sonreía, donde el azul de sus ojos era similar al hermoso cielo azul, haciendo pensar que siempre habria una esperanza para todo. Todavía recuerdo el día que nos conocimos, fui un hijo de puta, y la vida ahora me devuelve lo que le hice en una principio, Niall era lo único que me quedaba, lo único que amaba.

Me había levantado esa mañana con pesadez en el cuerpo, nuestros platos fueron servidos y comí lo poco que había en ellos. A pesar de estar junto con los demás chicos, todavía llevaba la misma ropa que con la que había llegado. Una chamarra de cuero negra, junto con una playera blanca y unos jeans oscuros. Lucas, quien había tardado en comer me vio con nervios y me dirigió la palabra.

—¿Estas seguro de que quieres hacerlo?

—Seguro.

—¿Y porque tus manos tiemblan?— y era verdad mis manos temblaban.

—No lo se. Pero tengo que hacerlo.

—No podrás cambiar el futuro.— pronunció con un tono de voz muy bajo.

El día paso de manera muy lenta, y el almuerzo tambien. Trataba de repasar incesantemente lo que debía de hacer y pensar en todas las posibilidades que había si algo salia mal. Ya el sol comenzaba a ocultarse, y el atardecer estaba cerca. Escuché como las demás celdas se abrían y mi nerviosismo aumento y luego nuestra celda fue abierta. Luces salio de primero para formarse y luego salí yo, no sin antes revisar que tenía lo necesario. Trate de tranquilizarme, ya que si me veía nervioso, podría preocupar a los guardias y echar a perder todo el plan.

Formados por edades, y encadenados por las muñecas avanzamos por los horribles pasillos de los pisos subterráneos, estos eran demasiado estrechos, sucios y desprendían un olor fétido. Al llegar a la primera planta supuse que era dónde estaban los laboratorios. Éramos arrastrados por aquellos hombres que tiraban de la cadena con fuerza y sin piedad y si un niño se caía, era obligado a levantarse inmediatamente o si no, seria arrastrado por sus mismas muñecas. Eso era cruel.