Capítulo 22.

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-Niall-

"De alguna manera, veía la forma ruda en la que me trataba, pero notaba la suavidad y el dolor de su corazón"

Infinidad.

Sabía que estaba soñando, me dejaba llevar por mis sueños y mi subconsciente y lo sabía, porque lo que visualizaba no era demasiado claro. Al rededor todo era negro y no veía nada, hasta que de pronto las imágenes se hacían presentes.

Era Zayn y yo.

Zayn estaba atado a una mesa de metal y yo lo veía, de una manera psicótica. Eso me preocupó y trate de gritar, pero de boca no salía ninguna palabra. Solo podía ver. Estaban en una especie de laboratorio médico y yo tenía una pinzas en la mano y Zayn gritaba y suplicaba que lo soltara, pero me negaba. Luego le quitó los pantalones y su ropa interior en la que antes había una bolsa de hielo.

Iba a castrarlo.

Pero escuche como yo le hacía una pregunta.

¿Por que no podemos matar humanos?

Luego oí los gritos de Zayn por toda la habitación y la histeria rondaba por mis venas y de la nada sentí un piquete en mi antebrazo, como si me hubiesen inyectado algo. La escena seguía sumergida en los gritos y en el pánico. Mis ojos no creían lo que veían. En aquel todo era tan real, como si fuese un recuerdo. Trataba de escapar, pero no había manera de hacerlo, tampoco había una manera de intervenir.

Tras el dolor, solo los gritos de Zayn rondaban en mi cabeza y en un acto de angustia, me agache, cerré mis párpados con fuerza y me tape los oídos.

—Todo es un sueño... un maldito sueño.— me murmuraba, pero de mi boca no salía ningún sonido.

Aún con mis oídos tapados, todavía llegaban a mi tímpano sus gritos: ¡Detente! ¡Por favor! Me arrullaba y trataba de creer lo que en realidad era. Un sueño.

—¡BASTA!— logré gritar y todo se detuvo, las imágenes desaparecieron y la oscuridad regreso y con ello, mis sentidos comenzaban a activarse y empezaba a sentir un poco de calor y la presencia de alguien al lado mío.

Abrí los ojos lentamente y con desgana, mi vista era hacia el techo, comencé a bostezar y a estirar un poco mis brazos. Uno de ellos se topo con algo duro. Gire mi cabeza y note la cabeza de Zayn, dormida, mientras que su cuerpo estaba apoyado sobre el suelo y la base de la cama.

Sonreí levemente al ver su rostro tan hermoso. Sus pestañas largas y gruesas; su piel morena clara; su cabello color azabache color carbón, sus labios delgados y finos; sus cejas largas y definidas. Note que debajo de sus finos párpados tenía unas enormes ojeras. Aún así el se veía hermoso. Con una de mis manos comencé a acariciar su despeinado y sedoso cabello, lo que hizo que se moviera y sus ojos de abrieran de golpe.

Me encontré con unos ojos avellana, que daban un toque único a su rostro. La expresión de su rostro era de total sorpresa y notaba que sus ojos estaban enrojecidos y aguados.

—Buenos días.— dije con una leve sonrisa en mi rostro.

—Niall...— pronunció para luego abrazarme y darme un tierno beso en la mejilla.

Su voz se oía ronca y fue ahí cuando caí en cuenta de algo. Zayn había estado llorando. El siempre quería que yo tuviera una imagen fuerte de él, yo nunca lo había visto llorar. El se tragaba las penas y el dolor, el lo hacía para que mi dolor no fuese mayor. Aunque el creía que no me daba cuenta de que el sufría, si lo hacía y me dolían en el fondo del corazón. Y verlo en esta situación me partía el corazón.

Cuando se despegó de aquel abrazo me dio otro beso en la frente y me acomodó los cabellos de mi frente.

—Me hiciste mucha falta, Duende.

Las Cadenas Del Deseo. [Ziall]Where stories live. Discover now