Capítulo 23.

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-Zayn-

"Una persona puede estar feliz con todos, pero siempre estará triste consigo mismo"

Una semana.

Los días del crudo invierno sin nevadas pasaban como las cálidas horas del verano desde que llegamos al pueblo de Rochdale. Niall, había podido caminar al quinto día con normalidad y estaba recuperando peso, su piel y su cuerpo tomaban fuerza y color. Sus heridas comenzaban a cicatrizarse al igual que las mías. Todo comenzaba a tomar color de cierta forma.

Me hacía feliz.

Pasábamos el día, platicando o viendo la televisión sin interés alguno, mientras el señor Davis, iba a su consultorio en el centro del pueblo. El misterio sobre aquel hombre, había incrementado día con día. Simplemente no me caía bien, pero mientras yo estuviese junto a el, sabia con seguridad que nada nos pasaría. Me gustaba el hecho de poder estar a solas con el. Habíamos llegado al punto de que nuestro mundo estaba conectado por los lazos que habiamos formado. Las risas y las sonrisas que salían de nuestros labios eran inolvidables.

Yo apreciaba el cariño que nos teníamos.

Durante el día todo era felicidad.

Pero donde yace la oscuridad y las sombras culmina la tristeza, la soledad y el sufrimiento.

Nunca había entendido como una mujer después de dar a luz y convertirse en madre había la posibilidad de sufrir una depresión, después de haber dado la vida a un nuevo ser que crecerá con lazos y afectos que lo rodearan de cariño y amor. Pero sucedía. Había personas que sufrían y tenían emociones que no eran agradables.

Lo de Niall era peor.

Durante las noches se levantaba gritando con gran furia y con lágrimas en sus pálidos y ya fatigados ojos. La fuerza con la que gritaba durante la noche solía espantarme. Cuando despertaba, entraba en un estado de esquizofrenia y de shock. Al tratar de calmarlo, siempre se alteraba dándonos golpes y patadas mientras chillaba y se retorcía de forma poco cuerda. Una vez llego a gritar tan fuerte y con desesperación mordió su propio brazo con tantas furia que este empezó a sangrar. Tuvimos que darle anestésicos para tranquilizarlo. Le pregunté una mañana que era lo que siempre soñaba y lo que me dijo en forma seria y fría me puso los nervios de punta...

Vio nuestra propia muerte.

En aquellos momentos pensaba que se atormentaba a si mismo por lo pasado con Liam. Lo que más me ponía triste era que el ni siquiera pudo terminar de decir que le quería. Y si, debo confesarlo, las pocas noches que Niall podía dormir. Yo no podía. Me quedaba sentando sobre el marco de la ventana viento el inmenso cielo hasta que el sol saliera en el alba cada mañana. Recordaba los traumas y la oscuridad que pasamos durante mes y medio; llorando y divagando en la infinita soledad.

Simplemente los recuerdos tomaban forma en el presente.

La mañana de aquel día, me levante con lo poco que pude dormir -debía agradecer la paciencia que tenia el señor Davis- y me estire. Yo dormía en el suelo, mientras que Niall dormia plácidamente en la cama. La luz del gran astro que entraba por las ventanas daba directamente con sus cabellos rubios, convirtiéndose en dorados. Mire su bello rostro y sonreí.

Apesar de los males, su compañía traía la felicidad que necesito.

Busque entre los cajones ropa que ponerme; ropa que el señor Davis nos había comprado días atrás. Al elegir el conjunto lo puse a un lado y comencé a desvestirme y luego sentí una mirada curiosa sobre mi espalda desnuda.

—Veo que ya no te da pena verme sin ropa.— comente y reí. Al voltear me encontré con una cara ruborizada, que buscaba fijar su mirada en otro lado.

Las Cadenas Del Deseo. [Ziall]Where stories live. Discover now