02.

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Me restregué los ojos pasándome las manos por el pelo para terminar de arreglarlo en una coleta alta. Particularmente esa mañana hacía bastante calor así que el sol se encargaría de eliminar por completo la humedad de mi cabello en lo que me dirigía al apartamento de Yoongi.

Su mensaje a las cuatro y treinta de la madrugada me había dejado descolocada, por lo que luego de mandarle un audio pidiéndole que se jodiera por haberme despertado, le pregunté qué cojones quería.

"Estoy con algo nuevo" había escrito. "Te espero mañana temprano."

Aún si me ponía a refunfuñar sabía que terminaría yendo nada más amaneciera; sus ataques de inspiración nocturna solían ser una maldita joya. Sin pensarlo mucho logré deducir que necesitaba mi ayuda pero a su vez no era tan urgente, pues de lo contrario habría aparecido en la puerta de mi apartamento sin importarle la hora. Si algo sabía bien de Yoongi es que no era capaz de comerse su maldita ansiedad por terminar una composición perfecta en tiempo récord, y eso de alguna forma era lo que nos volvía el equipo perfecto porque yo era exactamente igual.

Guardé mi móvil, la cartera y una pequeña libreta en la típica mochila que cargaba conmigo cuando me largaba a un evento o a casa de Yoongi. Tenía el tamaño perfecto y el diseño era lo suficientemente sobrio como para no hacerme sentir incómoda. Me miré por última vez en el espejo largo de mi habitación y, dándome el visto bueno, agarré las llaves junto a la puerta para salir de mi apartamento.

Como cosa normal, la vecina obsesionada con su escoba color paja estaba barriendo el pasillo. Formulé una sonrisa pequeña y robótica al pasar a su lado, procurando con todo no pisar el montón de basura imaginaria. La mujer me miró con el entrecejo fruncido y dijo algo en voz baja que gracias al cielo no alcancé a percibir o me habría amargado todo el trayecto y, posiblemente, la mañana entera.

- • -

Golpeé la puerta tres veces con la fuerza suficiente para que Yoongi me escuchara aún si estuviese encerrado en su habitación. Al recapitular la posibilidad decidí sacar mi celular para enviarle un mensaje, topándome con que tenía unos cuantos sin leer de mi hermana. Puse los ojos en blanco y silencié la conversación sin abrirla. Nuestra relación no era mala en lo absoluto pero siempre que me mensajeaba era para recriminarme algo o pedirme un favor, y teniendo en cuenta que iba a estar encerrada con Yoongi hasta las tantas de la noche no iba a tener ni el tiempo ni las ganas de responderle.

A punto de abrir la conversación con el susodicho la puerta se abrió frente a mí, dejándome ver a Taehyung con un bol azul en la mano. Llevaba una playera blanca y los pantalones deportivos holgados que usaba para dormir además del cabello ligeramente alborotado, claro indicador de que no tenía mucho de haber despertado.

—Ah, Seori —dijo con voz ronca, tomando la cuchara que descansaba en el plato mientras se llevaba un bocado a los labios de lo que, según pude identificar, era cereal con leche—. Pasa.

—Buenos días, Tae —le saludé, depositando un corto beso en su mejilla que él me devolvió antes de cerrar la puerta—. ¿Yoongi está dormido?

Negó con la cabeza agarrando otro cucharazo de cereal. Pasó al lado mío hasta sentarse en uno de los bancos frente a la barra de la cocina y posó sus ojos oscuros en la pantalla de su móvil recargado contra la botella de leche, usándolo de respaldo para que se mantuviera erguido.

—Está bañándose —murmuró, sonriendo de medio lado de pronto. A juzgar por el sonido que provenía del aparato estaba mirando algún video aleatorio en Youtube. Yo asentí y él al no escucharme responder levantó sus ojos oscuros, mirándome—. ¿Ya desayunaste? ¿Quieres algo? Hyung trajo jugo hace rato.

staged » bts; myg.Where stories live. Discover now