38.

9.4K 732 298
                                    


Luego de esa mañana las cosas entre Yoongi y yo parecieron dar un giro de noventa grados. Incluso los chicos de DNH lo notaron puesto que, durante lo que restó del día, nos dieron espacio suficiente para estar como dos idiotas besándonos cada que nos entraran ganas (y sería honesta con las veces que ocurrió, pero fueron tantas que ni siquiera pude llevar un recuento).

Un rato después del almuerzo decidimos volver a Seúl. El resto de los chicos planeaba quedarse hasta la noche, pero nosotros nos excusamos con que Yoongi tenía algo importante que hacer, cuestión que no era del todo mentira pues aparentemente él recibiría unas llamadas importantes por la tarde y necesitaba estar cerca de su computador para entonces.

Llegamos al apartamento vacío. Era fin de semana y claramente no tendríamos señales de Taehyung hasta muy entrada la madrugada, sin embargo en vez de optar por hacer algo que implicase esfuerzo o movimiento decidimos estar todo el día fundidos en la cama. Yoongi me dejó en claro que no podía perderse sus benditas llamadas, por lo que en cuanto su móvil vibró y él salió de la habitación en dirección a la sala aproveché para dormir como un maldito oso en invierno bajo las cobijas impregnadas en su olor masculino.

Entre sueños mi consciente apenas comenzó a recapitular que habíamos aceptado ser pareja. Novios. Lo que fuera, pero nuestra relación ya no se trataba de una simple amistad con derechos sólo porque nos "convenía" a ambos. Siempre me jacté de no necesitar etiquetas... ¿desde cuándo habíamos escalado de esta forma? Recordé aquella vez que estuvimos a punto de mandar esto a la mierda y agradecí mentalmente al destino por no permitirnos soltar la cuerda.

Sí, quizá nos habíamos lastimado un poco las manos por aferrarnos tan fuerte a ella, pero había valido la pena. No podía esperar a contarle a Seokjin y, fugazmente, me planteé cómo demonios iba a darle la noticia a Yeonah, si es que me atrevía a contárselo. Seguro iba a morirse. Hoseok probablemente se pondría a saltar de alegría y haría una fiesta sólo porque la ocasión parecía un buen pretexto para encontrar en qué malgastar el dinero; y Taehyung...

Taehyung.

No temía hablarle de ello. De hecho hasta cierto punto me hacía feliz hacérselo saber pues era alguien muy importante para mí, pero a la vez... imaginarme contándole que finalmente Yoongi y yo estábamos en una relación me hacía sentir extraña. No quise indagar demasiado en el tema pero supuse que se debía a esa suerte de tensión que había existido entre nosotros y que, de alguna u otra forma, no había muerto del todo.

Dormida entre especulaciones moribundas estornudé, encogiéndome en mi lugar como consecuencia. El maldito estornudo fue tan estruendoso que me obligó a abrir los ojos, percatándome que Yoongi ya no estaba en la sala hablando por teléfono sino sentado al frente del computador con el programa de composición abierto.

Se giró a verme quitándose los auriculares de un oído a la par que torcía los labios, desaprobándome. Yo me absorbí la nariz una vez como por acto reflejo y sonreí con un puchero, atrayendo un poco mis rodillas hacia mi pecho.

—¿Al final sí vas a terminar moqueando? —bufó con media sonrisa y dejó el otro auricular sobre la mesa, acercándose a la orilla de la cama cerca de mí.

—Hasta llenarte todas las sábanas de saliva y gérmenes —jugueteé ronca, arrugando la nariz en el acto. Yoongi imitó mi acción, chasqueando la lengua.

—Qué asco.

Volví a estornudar, aunque esta vez fui capaz de taparme la boca y la nariz con una de mis manos. Yoongi me miró horrorizado, seguramente recapitulando las consecuencias de tenerme anidando a un bicho de gripe en su cama.

staged » bts; myg.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt