39.

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No logré concentrarme durante toda la mañana. La repentina petición de Boi por a hablar al salir del trabajo me tuvo con los pensamientos desordenados desde que me levanté hasta prácticamente el último segundo en que nuestros pies abandonaron el piso de duela del estudio. Aunque no había podido avanzar nada de mi mixtape me hice prometerme a mí misma que trabajaría en él durante el resto del fin de semana. Con suerte hasta podría pedirle algo de ayuda a Yoongi, aunque tal vez a él no le sabría tan bien cambiar las sesiones de besos o sexo por trabajo que no tuviese que ver con directamente él.

Boi destapó mi segunda cerveza de la tarde y la dejó frente a mí sobre la mesa del tranquilo bar en el que decidimos detenernos. El lugar no era desconocido para nosotros pues repetidas veces habíamos ido con los chicos del estudio a pasar el rato o a celebrar la clausura de una buena presentación. De antemano sabíamos que era la mejor opción para charlar; el espacio no se sentía demasiado propio como un restaurante pero tampoco era tan ruidoso como un bar concurrido.

Agradecí con una pequeña sonrisa y tomé la botella para llevarla a mis labios. No es que estuviera muriendo pero Boi había decidido empezar por la charla coloquial que incluía el "¿y cómo va todo?" en el camino, así que todavía no nos inmiscuíamos en el misterioso tema del que quería hablarme. No supe si lo hizo por querer saber de mí honestamente, por alargar la conversación o tal vez por buscar sacarme algún tipo de información, pero cualquiera que fuese la razón estaba empezando a impacientarme.

—Entonces... ¿todo bien? —reiteró dándole un trago a su segunda cerveza sin despegar sus ojos pequeñitos de mí.

—Nada que esté fuera de lugar —hice un pequeño puchero y encogí los hombros, asintiendo. Boi me miró e imitó mi asentimiento—. Aunque desde anoche estoy jodida con lo que sea que quieres decirme.

—Ah —se rascó la nuca y rió—. Fui algo abrupto, ¿no?

Esperaba que comprendiera mi respuesta sólo con la forma en que le estaba mirando. Boi volvió a reír e inhaló aire en un suspiro tan efímero como el trago de cerveza que dio luego de ello.

—No es fácil, hermana. No sé si hago bien o estoy cagándola con esto.

—Donghyuk...

—Vale, vale. Ya va —alzó las manos en señal de rendición—. Pero primero quiero que me digas una cosa.

—¡Deja ya el puto misterio, Boi!

—¡Pero! —llevó sus manos a la cabeza y los codos a la mesa—. Ah. Eres tan desesperada, Seori.

Fruncí el ceño y me acomodé en el respaldo del asiento liberando un suspiro amplio y profundo. Quizá sí que debería... ser más paciente. Culpaba a Yoongi porque estaba tan acostumbrada a su impaciencia que seguro un poco se me había pegado de eso.

—Ya. Lo siento —carraspeé con suavidad—. ¿Qué es lo que quieres saber?

Boi se irguió en su lugar y me miró por un momento en silencio. Parecía que aún se debatía si hablar o no del dichoso tema, pero tras sacudir la cabeza y beber un trago tan largo que casi hace que se termine media botella de cerveza en menos de cinco segundos, se decidió a hablar.

—¿Llevas mucho tiempo con Suga?

—¿Qué?

—No como pareja —enarqué las cejas sin comprender a qué venía mi relación con Yoongi, pero le dejé continuar—. Me refiero... ¿llevas mucho tiempo conociéndole?

—Pues sí, unos cuantos años —asentí sin entender aún—. Compartimos algunas clases en la universidad, así que van unos cuatro años desde que le conozco. ¿Por qué?

staged » bts; myg.Where stories live. Discover now