37.

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—¿Seguro que quieres ir?

Mi sonrisa se asentó junto al recorrido de mi mano sobre el hombro de Yoongi. Él torció los labios y se rascó la nuca observando todo el alboroto tras de mí. Los chicos de DNH hablaban animosamente mientras guardaban el equipo que nos pertenecía para llevarlo al estudio, dispuestos a disfrutar de las merecidas (y diminutas, para qué mentir) vacaciones en grupo por el fin de semana.

El éxito de nuestras presentaciones lo valía. La energía con la que empezamos y terminamos el show se contagió a tal nivel que los presentes pidieron otra canción en la que terminé uniéndome, rapeando al lado de Kyum y Namjoon.

Probablemente está de sobra recalcar lo increíble que fue, pero jamás me voy a cansar de recordarlo. Al bajar del escenario la gente se acercaba a nosotros a conocernos, a felicitarnos, y por primera vez experimenté lo que significaba ser reconocida por amantes del hip-hop pues en más de una ocasión me hablaron de lo mucho que les había gustado no sólo esta sino alguna de mis presentaciones en otros eventos.

Mis ganas de celebrarlo eran tan o más grandes que las de los tontos detrás mío, pero la diferencia recaía en que yo no lo expresaba de una manera tan... disparatada.

—No —Yoongi bufó, respondiendo finalmente mi cuestión.

—¿No quieres o no estás seguro?

—¿Cuál fue tu pregunta, genia?

—Joder, Yoongi —suspiré—. Si no quieres no pasa nada, ¿está bien? Podemos vernos el domingo que regrese al apartamento.

—No es eso, idiota —resopló, parpadeando tan lento que por un momento pensé que iba a quedarse dormido de pie—. ¿A nadie le jode que vaya?

—¿Por qué les jodería? —rodé los ojos con una sonrisa—. Les he preguntado ya y dicen que está bien. La cosa aquí es si a ti te jode ir.

—Ya sabes —pausó luego de un prolongado sonido gutural, dejando de mirarme—. Pero quiero salir contigo.

—¿Estás pidiéndome una cita?

—Eres tonta.

Reí por lo bajo dejando un golpecillo en el pecho de Yoongi, que al ver mi reacción se dedicó a entornar la mirada seguramente cansado de escucharme. Aún si no quería parecer una maldita pesada sabía que tenía que serlo, de lo contrario jamás recibiría una respuesta sólida sobre si quería ir o no al viaje de DNH conmigo.

—No estás obligado a ir —retomé dejando suaves pellizcos sobre sus brazos por encima de la chaqueta—. Y si vas tampoco estás obligado a socializar; no si no quieres. Ellos van a respetar si es que no te apetece hablar en todo el fin de semana, ¿sabes?

Yoongi resopló. Parecía un viejo cansado de negarse a comprar las galletas de una niñita exploradora. La simple comparativa me hizo reír por lo bajo mientras apretujaba suavemente la punta de su nariz, buscando molestarlo un poquito más.

—Ya, vale —susurró a regañadientes sosteniendo mi muñeca para evitar que siguiera tocándole la cara.

—¿Qué?

—Que está bien. Voy contigo y esas mierdas.

Aún si traté de evitarlo mi sonrisa se multiplicó al escuchar sus palabras. Me mordí el labio inferior mientras dejaba un pequeño apretón sobre una de sus mejillas con la mano que no tenía sostenida. Yoongi gruñó dando un paso para atrás a la par que chasqueaba la lengua y dejó un pequeño manotazo sobre el dorso de mi mano, impidiéndome por completo volver a tocarle.

staged » bts; myg.Where stories live. Discover now